Mario Díaz-Balart se unió a la lista de políticos cubanoamericanos que celebra la decisión de la administración de Donald Trump, de suspender sólo por 45 días la aplicación del Título III de la ley Helms-Burton, reporta Martí Noticias.
La posible puesta en vigor por primera vez del Título III, de dicha ley permitiría demandar a quienes realicen negocios con la dictadura cubana, y exploten propiedades robadas a estadounidenses, que fueron expropiadas por el régimen castrista luego de 1959.
La misma facultaría también a los cubanos que se hicieron ciudadanos estadounidenses para sumar sus reclamos a las demandas de empresas y ciudadanos de los Estados Unidos certificadas por la Comisión de Ajuste de Reclamaciones en el Extranjero hasta el 6 de julio de 1972, detalla Martí Noticias.
El congresista republicano, comentó que se trata de un paso muy positivo y adelantó que «en 45 días o antes», se anunciaría la política de EEUU con respecto a este tema.
Díaz-Balart volvió a catalogar como ilegal el acuerdo entre la MLB y el Gobierno cubano, a través de la estatal Federación Cubana de Béisbol, haciendo especial énfasis en que la administración del demócrata Barack Obama había otorgado a esa institución el estatus de organización no gubernamental.
El legislador de origen cubano apuntó que se trata de un acuerdo «problemático e ilegal», y añadió que es » ilógico, una mentira y una canallada», ya que un hijo del fallecido dictador Fidel Castro, Antonio Castro, ha estado al frente de las negociaciones por la parte cubana.
Además adelantó que para concretar el acuerdo, Grandes Ligas debe recibir permisos del Departamento del Tesoro, y «no los van a recibir», expuso.
Díaz-Balart nació en el sur de la Florida, de padres cubanos, su padre el difunto político cubano Rafael Díaz-Balart, fungió como líder mayoritario de la Cámara de Representantes de Cuba y Subsecretario de Interior durante la presidencia de Fulgencio Batista. El hermano de Mario, Lincoln Díaz-Balart fue representante de los Estados Unidos para el distrito 21 del Congreso de la Florida de 1993 a 2011. Ambos provienen de una familia cubana prestigiosa con cuatro generaciones en el servicio público.