El paso del huracán Helene por varios estados de EE.UU generó una situación bastante deprimente en los últimos días donde miles de familias se ven afectadas por las inundaciones, pérdidas de propiedades y de seres queridos, de los cuales se conoce que hasta el momento de redacción de esta nota asciende a 116 las víctimas mortales como consecuencia de este poderoso huracán.
En Asheville por ejemplo las autoridades aseguraron que se asignarían muchos más recursos alimenticios, agua y otros medios en las principales zonas debido a una crisis que se desencadenó en la zona. Solamente esta ciudad perdió a 36 personas siendo una de las más dañadas por el sistema que toco tierra en la región del Big Bend de Florida como huracán categoría 4 a finales de la semana pasada.
Las autoridades estatales y locales advierten que el número de víctimas mortales puede incrementarse a medida que las labores de rescate y salvamento vayan entrando en los lugares más inaccesibles tras el deterioro de las carreteras, la obstaculización de las mismas por los escombros y las inundaciones aún persistentes en grandez zonas de los distintos estados involucrados, de acuerdo al gobernador Roy Cooper.
Así mismo recomendó a los residentes a evitar trasladarse ya que esto obstaculizaría el traslado de suministros a través de las carreteras que quedan disponibles, además estarían poniendo en riesgo su propia seguridad. Al menos 50 equipos de emergencia se desplegaron por toda la ciudad en busca de personas que aun estén en situaciones complejas o varadas en diferentes lugares corriendo peligro.
En el caso de la zona montañosa de Asheville se están enviando los suministros mediante la vía aérea, al respecto la directora del condado de Buncombe, Avril Pinder aseguró a varios periodistas que se enviarían muchas más previsiones para los residentes afectados en la medida que el gobierno vaya aprobando los fondos para este tipo de emergencias.
«Mi personal ha hecho todas las peticiones posibles de ayuda al Estado y hemos trabajado con todas las organizaciones que nos han tendido la mano. Lo que les prometo es que estamos muy cerca», destacó Pinder.
Según explica el Ayudante de la Guardia Nacional de Carolina del Norte, Todd Hunt las personas se fueron comunicando a través de las redes sociales, llamadas al 911 lo que les permitió acceder a las zonas donde se encontraban enfrentando el peligro. Uno de los rescates consistió en salvar a un bebé que estaba solo y otro fue más complicado porque tuvieron que salvar a 41 personas al norte de Asheville.
Lo más probable es que las labores de reconstrucción de viviendas y demás propiedades será un proceso largo y tedioso teniendo en cuenta la seriedad del asunto, las escenas del sureste de Florida son realmente desalentadoras, otros estados como Florida, Virginia, Carolina del Sur y Georgia reportaron pérdidas de vidas humanas.
El presidente de Estados Unidos Joe Biden calificó los efectos de Helene como «impresionantes» y dijo que en las próximas horas a medida que se vayan despejando las zonas inundadas y obstaculizadas por los escombros se personaría en varios de los lugares que mayor impacto sufrieron para intercambiar con las autoridades locales y sus residentes.
Igualmente dijo a un grupo de periodistas que su administración está apoyando a cada uno de los estados con los fondos federales que para este tipo de emergencias está previsto entregar. «Los equipos de búsqueda y rescate están trabajando con las autoridades locales en condiciones muy peligrosas para encontrar a los desaparecidos», añadió el mandatario del partido demócrata.
En el encuentro con la prensa explicó que se están ampliando las labores de búsqueda y rescate en cada una de las zonas para encontrar más víctimas y que junto a ello se incrementará el abastecimiento con agua, comida e insumos por el tiempo que sea necesario para los residentes que lo perdieron todo tras la tormenta.
Helene se formó el pasado 24 de septiembre en el Golfo de México por donde se desplazó varios días ganando en organización e intensidad llegando a tocar tierra el jueves en la zona del Big Bend como huracán categoría 4 en la escala Saffir Simpson y velocidad de los vientos de 140 mph. Una vez que abandonó el estado de la Florida se adentró en tierra desplegando sus anchas bandas de nublados en otros estados como Georgia, Carolina del Norte, Carolina del Sur y Tennessee con lluvias considerables que provocaron graves inundaciones en muchas localidades, así como el desborde de ríos y arroyos.
La mayoría de los rescates se han realizado a través de medios navales debido a las fuertes inundaciones. El viernes pasado varios miembros de la Guardia Nacional rescataron a pacientes y personal médico que se encontraban en la azotea de un hospital del condado rural de Unicoi al este de Tennessee como parte de los cientos de salvamento que se han ejecutado.
Los servicios públicos obviamente resultaron bien dañados por las inundaciones y caída de árboles en especial el del fluido eléctrico que provocaron que más de 2 millones de residentes quedaran a oscuras hasta ayer domingo en la noche. Carolina del Sur fue uno de los territorios más afectados en ese sentido por lo que el gobernador Henry McMaster pidió calma para que los equipos técnicos puedan realizar su trabajo. «Queremos que la gente mantenga la calma. La ayuda está en camino, sólo va a tomar tiempo», dijo Henry en una conferencia a la prensa local fuera del aeropuerto de Aiken.
Hechos lamentables se registraron en muchos territorios de los estados relacionados como una comunidad de Carolina del Norte llamada Spruce Pine en la cual los elevados niveles del agua alcanzaron los 61 centímetros. En ese estado ocurrió uno de los lamentables sucesos en el que perdieron la vida tres personas porque la ayuda no llegó a tiempo.
Según escribió el viernes en su Facebook la usuaria Jessica Drye Turnes que reside en Texas, sus familiares estaban en el techo de su vivienda en Asheville viendo como los autos y camiones de 18 ruedas eran arrastrados por las inundaciones. Sin embargo, el sábado esta misma internauta lamentaba el deceso de sus padres ambos mayores de sesenta años y su sobrino de 6 años después que colapsara el tejado y murieran ahogados.
«No puedo expresar con palabras el dolor, la angustia y la devastación por la que estamos pasando mis hermanas y yo», escribió Jessica con profundo dolor. Las autoridades estatales de Carolina del Norte enviaron avituallamiento y comidas a los lugares de los condados de Asheville y Buncombe, pero demoran en llegar por los escombros que existen en las carreteras como la I-40 y otras.
Los suministros de agua del condado están del otro lado del río Swannanoa muy distante de donde residen los 270.000 habitantes. La situación ha generado que se originen algunas discusiones y se reporten amenazas de violencia en los lugares donde se entregan los alimentos por lo que el alguacil ha tenido que enviar varias unidades para implantar el orden.
Deanne Criswell, administradora de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias inició varios recorridos entre ellos a Georgia este domingo y se preveía que hoy lunes llegara a Carolina del Norte a evaluar los daños y los damnificados por el huracán Helene en las zonas rurales. «Todavía es una misión muy activa de búsqueda y rescate. Y sabemos que hay muchas comunidades que están incomunicadas simplemente por la geografía», dijo haciendo alusión a la obstrucción de las carreteras y puentes hacia las montañas.
Las iglesias también recibieron grandes impactos de este evento meteorológico, muchas de ellas quedaron igualmente a oscuras y anunciaron que suspendían sus misas este domingo. Otras como Faith Baptist Church de Perry decidieron ofrecer el culto al aire libre y, en consecuencia, pidieron a sus congregados a rezar por todos los damnificados en un mensaje que publicaron en el perfil de Facebook de la iglesia.
«Tenemos electricidad. No tenemos electricidad. Nuestro Dios tiene poder. Eso es seguro», dijo Marie Ruttinger, feligresa de la Iglesia Católica de la Inmaculada Concepción.
Georgia que fue uno de los territorios afectados por las lluvias torrenciales y la devastación de partes de sus ciudades. Su gobernador Brian Kemp mientras sobrevolaba las zonas inundadas, las carreteras totalmente cubiertas de maderas y escombros calificó el escenario «como si hubiera estallado una bomba». En el este del estado las autoridades notificaron el domingo que los residentes de Augusta estarían sin servicio de agua por al menos dos días y las zonas aledañas al condado de Richmond.
En un comunicado informaron que como consecuencia de los escombros y la cantidad de basura les fue imposible bombear agua hacia las viviendas por lo que se estaban distribuyendo en envases. Carolina del Sur vivió momentos sin precedentes en la historia con 25 muertos después de que en 1989 fallecieran 35 personas por el huracán Hugo que arrasó el norte de Charleston. Se espera que entre 15 millones y 26 millones de dólares sea la cifra aproximada en pérdidas materiales, de acuerdo con datos de Moody’s Analytics.
Muchos creen que el cambio climático no influye en la formación y desarrollo de estos eventos meteorológicos tan potentes capaces de arrasar ciudades y matar a decenas de personas. Los huracanes cada día son más peligrosos, de hecho, esta temporada es una de las más activas registradas en años lo que ha demostrado desde que comenzó el 1 de junio, todavía quedan semanas de incertidumbre ya que oficialmente debe concluir el 30 de noviembre, así que lo más prudente es mantenerse informados y prepararse para cualquier eventualidad.