Un juez ordenó que fuera deportado a Cuba, pero Cuba no lo aceptará, y ahora se sienta y espera en el limbo. Lo que quiere es una respuesta.
Ramón Pérez emigró a la Florida cuando tenía 18 años. No tardó mucho tiempo en meterse en problemas.
«Vendiendo drogas, estaba con la gente equivocada en el momento equivocado. ¿Qué puedo decir? Cometí un error», declara Pérez.
Después de tres años en una prisión estadounidense, salió … y volvió a cometer el mismo error.
«Había estado buscando un trabajo, honesto, durante un año y medio, y lo hago de nuevo … vendiendo drogas de nuevo. Y me atrapan de nuevo, y me llevan 10 años en la cárcel», afirma.
Cuando Ramón salió de la prisión, le habían quitado su tarjeta verde. Y un juez ordenó que fuera deportado a Cuba, pero la tripulación de Castro le dijo: «No, gracias».
Durante los últimos 17 años, Ramón ha trabajado duro en los Estados Unidos y ha obedecido las leyes. Pero técnicamente, él está en el país ilegalmente, lo que significa que podría ser enviado a la cárcel en cualquier momento.
«No quiero que llamen a mi puerta y me pongan en la celda», explica.
Es un hombre sin país. Cuba no lo quiere. Los Estados Unidos no lo quieren. No tiene papeles, no tiene visa y no puede ir a ningún otro país.
Ramón no es el único cubano que los Estados Unidos está tratando de deportar. Según un portavoz de la Inmigración de Estados Unidos, un impresionante número de 36.127 cubanos tiene órdenes de deportación pero, al igual que Ramón, no pueden ser devueltos a Cuba.
Cuba ocasionalmente acepta a algunas personas, pero como se puede ver por los números, no muchos.
Algunas de estas personas son delincuentes, otras tienen orden de deportación por cuestiones administrativas.
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