Más de 40 migrantes cubanos en Ciudad Juárez, México han realizado un llamado humanitario para donar sangre a las víctimas del tiroteo en El Paso, Texas, el pasado fin de semana.
Yolexi Cools Barreto, uno de los cubanos que espera desde hace más de tres meses su turno para pedir asilo político en Estados Unidos, ha dejado a un lado por unos días su preocupación por el trámite migratorio, y busca la manera de cómo ayudar a los sobrevivientes de la masacre en El Paso, brindándose para donar su sangre.
«Estaba con mi esposa y mi cuñado viendo las imágenes. Nos preguntamos de qué manera podíamos ayudar», confesó el guantanamero de 42 años, y padre de un niño que tuvo que dejar en Cuba, para lanzarse a la dura travesía.
En apenas tres horas Cools Barreto logró que otros cuarenta isleños, hospedados en el mismo hotel estuvieran dispuestos a llevar a cabo el mismo acto de altruismo.
Yolexi trabaja unas doce horas diarias en la construcción, bajo el sol del desierto, para poder sufragar sus gastos de hospedaje, pero su difícil situación no le ha impedido sacar su lado más humanitario.
«Esto que ha pasado en El Paso me ha dolido mucho. He hecho 36 donaciones en mi vida, soy B negativa, una sangre muy difícil de encontrar en Cuba. Estoy dispuesta a donarla. Invito a los cubanos a donar, es algo muy bueno, no es malo, es bueno ayudar a las personas necesitadas», explicó Yanelis, otra cubana madre de dos niños, que también tuvo que dejar en la Isla, y que desde hace dos meses espera su turno para cruzar al lado estadounidense.
Aldy Matos Corbacho, una joven de 26 años que trabaja en una pizzería en Juárez para sobrevivir, mientras aguarda desde hace tres meses para cruzar hacia El Paso, revela haber quedado conmocionada por imágenes de los padres de un bebé de dos meses de edad, que murieron al salvarlo de las balas.
«Quiero dar el pésame y poder ayudar con mi sangre a los que están en estado crítico. Todos somos seres humanos», sentenció Matos Corbacho.
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