En medio de fallos judiciales y manifestaciones en aeropuertos contra la orden presidencial que prohíbe la entrada a Estados Unidos de ciudadanos de siete países musulmanes, hay otro aspecto del decreto del presidente Donald Trump que no ha recibido mucha atención: la suspensión del programa de admisión de refugiados de todos los países durante 120 días.
Y esto podrïa afectar particularmente a los médicos cubanos que han solicitado un parole para viajar a Estados Unidos, informa el Nuevo Herald.
En el año fiscal 2015, unas 70,000 personas de todo el mundo llegaron a Estados Unidos bajo el programa de refugiados, y desde 1975 más de 3 millones de refugiados se han beneficiado del programa de reasentamiento porque tienen “un temor fundado de persecución por razones de religión, raza, nacionalidad, opinión política o pertenecer a un grupo social particular”, según el Departamento de Estado.
Según la orden ejecutiva emitida por Trump el viernes, el programa queda suspendido durante cuatro meses, mientras los secretarios de Estado y Seguridad Interna revisan el proceso de solicitud para determinar si es necesario tomar más medidas para “asegurar que los refugiados aceptados no sean una amenaza a la seguridad y el bienestar de Estados Unidos”.
Cuando el programa se reanude, si no hay cambios adicionales, la cantidad de refugiados que pueden entrar a Estados Unidos en el año fiscal 2017 está limitada a 50,000. Según la orden, una cifra mayor “sería perjudicial para los intereses estadounidenses”.
Estados Unidos pudiera seguir recibiendo refugiados mientras el programa se revisa, pero solamente “caso por caso” y solamente si se determina que el entrada de la personas es de “interés nacional”.
“Estas medidas nos parecen crueles, inhumanas y que infringen las leyes internacionales”, dijo una directiva de Amnistía Internacional. “Estados Unidos tiene obligaciones con los refugiados. Aceptar refugiados siempre ha sido parte de la postura y la moral estadounidenses”.
Los que ya han solicitado el estatus de refugiado pudieran ser admitidos cuando se complete la revisión del programa, y a tenor con cualquier otro procedimiento que pudiera implementarse. Cuando el programa se reanude, los secretarios de Estado y Seguridad Interna tienen la directiva de “priorizar las solicitudes de individuos sobre la base de persecución religiosa, siempre y cuando la religión de la persona sea minoritaria en su país de origen o nacionalidad”.
El estatus de refugiado se aplica solamente a un individuo que está fuera de Estados Unidos y que solicita protección de la persecución, por ejemplo, en una embajada o misión diplomática estadounidense, explicó Eduardo Soto, abogado de inmigración de Coral Gables. “El asilo es diferente y el proceso es otro”, agregó.
Por ejemplo, los cubanos que llegan a un punto fronterizo estadounidense pueden solicitar asilo si prueban “un temor creíble” de persecución si los regresan a su país. Un cubano que llegue a un aeropuerto en Estados Unidos con una visa de turista también pudiera solicitar asilo.
Ni la suspensión del programa de refugiados ni el final de la política de “pies secos-pies mojados”, que permitía a los cubanos que llegaban sin visa entrar al país, afectará el programa de reunificación familiar o la lotería de visas que permite a por lo menos 20,000 migrantes cubanos asentarse en Estados Unidos. Esas solicitudes las procesa la embajada norteamericana en La Habana.
Pero miles de médicos y otros profesionales cubanos de la salud varados en Colombia y otros países tras abandonar misiones internacionales a las que el gobierno de La Habana los había enviado pudieran verse afectados por la suspensión del programa de refugiados. En los últimos días del gobierno de Barack Obama se eliminó el programa especial Cuban Medical Professional Parole, lo que pudiera dejarlos en el limbo.
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