Decenas de galenos cubanos enviados a Brasil están intentando romper nexos con el Gobierno de Cuba y liberarse de lo que muchos catalogan como una forma de “esclavitud moderna”, informa el Diario The New York Times.
La principal fuente de ingresos del Gobierno de Raúl Castro es la venta de servicios médicos, la misma retiene hasta el 75% de lo que les pagan a estos profesionales los países que los reciben.
Los trabajadores de la salud sólo recogen una pequeña parte de su salario, no obstante ellos aceptan estas misiones para poder alcanzar un mejor ingreso dentro de la precariedad salarial que vive toda la población en la Isla. Pues en el caso en el caso de un médico especialista sus ganancias mensuales no rebasan los 70 dólares.
The New York Times, indicó que una cifra creciente de profesionales que trabajan en Brasil se está rebelando.
Al menos 150 trabajadores de la salud han presentado demandas en tribunales del país suramericano en el último año, con el objetivo de impugnar el acuerdo que los llevó al país, exigiendo ser contratados de manera independiente y recibir el total de lo que ganan, señaló el reporte rubricado por Ernesto Londoño, a quien se atribuye la campaña editorial que efectúo el diario estadounidense por la normalización de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba.
Yailí Jiménez Gutiérrez, quien está entre los médicos que ha presentado demandas, dijo, “cuando sales de Cuba por primera vez, descubres muchas cosas para las que habías estado ciego”, agregó la doctora, “llega un momento en que te cansas de ser un esclavo”.
Profesionales, artistas y deportistas cubanos han aprovechado durante décadas las misiones o los viajes al exterior para escapar del régimen, pero las demandas en Brasil, por primera vez, representan una extraña coyuntura, que perjudica los ingresos del Gobierno, pero también la propaganda que hacen con los médicos cubanos al presentar a Cuba como el paraíso que ayuda al mundo, porque adentro no hace falta nada.
Actualmente los médicos que desertan de las misiones en el exterior no pueden viajar a los Estados Unidos a través del programa de parole que estuvo en vigor hasta enero de 2017, derogado por Barack Obama antes de dejar la administración.
«El final del programa fue un gran golpe para nosotros», comentó Maireilys Álvarez Rodríguez, otra de las profesionales que han presentado demandas en Brasil. «Esa era nuestra salida».
El fin del programa de refugio fue catastrófico para estos doctores, quienes ahora han puesto su futuro en manos de los tribunales brasileños. En su mayoría, los tribunales han fallado contra los cubanos, aunque algunos jueces han decidido que los trabajadores de la salud pueden trabajar por su cuenta y que se les pague el total de sus ingresos.
Sin embargo los galenos que han desafiado al régimen corren el riesgo de seria persecución política, y es poco probable puedan regresar a la Isla y visitar a sus familiares.
El Gobierno brasileño ha apelado los casos que los profesionales cubanos han ganado.
«No hay injusticia», acotó el ministro de Salud brasileño, Ricardo Barros. «Cuando firmaron el contrato estuvieron de acuerdo con los términos».
De acuerdo a The New York Times, varios profesionales que presentaron demandas dijeron que fueron convocados y despedidos de manera drástica. El Gobierno de Castro les dio a elegir entre subir a un avión en 24 horas y regresar a casa o el castigo del exilio durante ocho años.
«Nuestra educación en Cuba es gratis, la salud es gratis, pero a qué precio», comentó Yailí Jiménez, de 34 años, quien trabaja en el estado de Minas Gerais. «Terminas pagando por ello toda tu vida».
Y esto es real, la salud y la educación es gratis, pero en los últimos años ambos sectores en el país se han visto gravemente afectados, las instituciones de salud que atiende al cubano común colapsan, a menudo en los hospitales hay que esperar horas para ser atendido, si el asunto no es de urgencia. Los medicamentos escasean, y las condiciones en las salas de urgencias no son las idóneas.
Por otro lado estudiar cuesta, para que un joven pueda estudiar “gratis”, la familia cubana tiene que hacer ingentes sacrificios, porque la mayoría de los estudiantes universitarios no cuentan con los medios necesarios para hacer de su vida estudiantil algo memorable, a menudo es recordado como una etapa difícil, pues falla el transporte para trasladarse de sus hogares a la universidad. La economía de las familias es precaria debido a los bajos salarios. Y en muchas ocasiones hasta se ven obligados a trabajar durante toda la carrera para poder mantenerse y tener la posibilidad de tener una educación universitaria. Por lo que estudiar en Cuba hoy día se torna difícil, y lo de «gratis» es según el lente con que se mire.
Hay que acotar que la mayoría de los médicos que han presentado demandas en Brasil por sus contratos abusivos, las han perdido.
(Con información de Diario de Cuba)