Un ritmo más lento en la creación de cooperativas, clave en las moderadas reformas económicas que implementa Cuba, es el más reciente indicador de que las medidas no están rindiendo el fruto esperado en la isla de Gobierno comunista.
Según cifras oficiales difundidas por la estatal Oficina Nacional de Estadísticas, el pasado año fueron creadas 22 nuevas cooperativas no agropecuarias, lo que representa la menor cifra reportada en los tres años de existencia de estas entidades surgidas como alternativa de empleo en la economía altamente estatizada.
Además de crear empleos, las cooperativas esperaban desde el 2013 quitarle peso al Estado en sectores relacionados con la gastronomía y otros servicios como la reparación de equipos, peluquerías y barberías o reparación y construcción de viviendas.
A menudo los aspirantes a formar cooperativas se quejan de que el proceso suele ser lento y engorroso. En ocasiones, incluso, los trabajadores temen pasar al cooperativismo debido a que deben hacerse cargo de responsabilidades que por décadas asumía el Estado.
La cooperativa tiene entre sus obligaciones, por ejemplo, la renta al Estado del inmueble, los pagos de consumo de electricidad, agua y los salarios de los empleados.
La mayoría de esas cooperativas funcionan en La Habana, donde hay registradas 192 entidades. Del total de las existentes, 131 pertenecen al sector del comercio y la reparación de efectos personas, 91 son restaurantes, 61 son del sector de la construcción y 49 en labores de manufactura. La cifra de empleados por cuenta propia, otro estandarte de las reformas, cayó ligeramente el pasado año a 496.400 desde 504.600 reportados anteriormente.