Recientemente, trascendió que es probable que en los últimos días de esta semana se forme otra perturbación tropical en el noroeste del Caribe o el Golfo de México, cerca del área donde se creó Helene la semana anterior, la cual podría desplazarse hacia la costa del Golfo durante el venidero fin de semana o a inicios de la próxima semana.
A pesar de que el origen del sistema es bastante similar al de Helene, existen ciertas condiciones que no favorecen su organización y hasta el momento los modelos de meteorología muestran que su evolución no es certera.
Este lunes en horas de la mañana el Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés) reveló que las probabilidades de que el sistema se fortalezca en los próximos 7 días disminuyeron levemente.
Se prevé que a finales de la semana en curso y hasta el próximo fin de semana la depresión tropical se desarrolle de forma paulatina y avance hacia la costa norte del Golfo o la costa del Golfo de Florida, aunque la probabilidad más alta es que el fenómeno mantenga su estado de desorganización y de poca estabilidad.
El pasado mes de agosto se contempló la posibilidad de que el final de la actual temporada de huracanes sería bastante activo a causa del Giro Centroamericano o CAG, que constituye una zona extensa de tormentas y rotación que abarca desde el Pacífico oriental hasta el Caribe y que beneficia la formación de sistemas tropicales antes de que culmine dicho período.
Precisamente es válido resaltar que Helene surgió en el seno del CAG y se presume que el evento meteorológico de esta semana también es el resultado de la interrelación entre una onda tropical que se dirige hacia el oeste y el Giro Centroamericano.
Esta onda tropical contribuye a que el CAG gane fuerzas y a que se mueva hacia el norte, propiciando que las tormentas y la rotación se ubiquen y consoliden en el oeste del Caribe y el sur del Golfo de México.
De acuerdo a lo reflejado por los modelos, el CAG albergará dos áreas de rotación a mitad de esta semana o a finales de la misma, una situada al este de la Península de Yucatán, en México, y la otra al oeste.
Es posible que dichas áreas se unan en el Golfo durante el fin de semana y terminen arribando a la costa del Golfo de Estados Unidos.
A diferencia de Helene, los vientos en niveles superiores tendrán una enorme potencia, por lo que se espera que se produzcan cambios bruscos en su dirección o intensidad en distancias cortas que incidirán sobre el sistema en tanto este permanezca en el Golfo.
Por tal motivo, el pronóstico basado en los modelos indica que en el fenómeno persistirán la fragilidad, así como la falta de organización y de simetría, limitándose a provocar algunas precipitaciones en Florida y en partes del noreste del Golfo a inicios de la venidera semana.
Lo cierto es que sus posibles efectos en Estados Unidos solo se harán evidentes dentro de unos días, de ahí que resulte indispensable prestar atención a la información que al respecto brinden los meteorólogos, quienes seguirán monitoreando el sistema.
Si bien se suscitó un intervalo de calma a finales de agosto y septiembre, que históricamente son meses donde la temporada de huracanes alcanza su punto culminante, actualmente el Atlántico se encuentra en pleno auge.
A principios de este mes se discutió sobre las probabilidades de que se produjera un incremento de la actividad ciclónica y ahora este ha quedado expuesto de manera ineludible.
No obstante, hasta ahora satisfactoriamente las tormentas formadas en el Atlántico se han mantenido en este océano.
En el transcurso de este fin de semana Isaac se convirtió en huracán de categoría 2 trasladándose a 105 mph sobre las aguas del Atlántico central. Sin embargo, ha comenzado rápidamente a interactuar con un sistema frontal de mayor envergadura en el extremo norte del Atlántico y en la jornada de hoy perderá su denominación tropical.
Joyce, por su parte, alcanzó cierta estabilidad durante el fin de semana y se erigió como una tormenta tropical de nivel medio.
La cizalladura del viento está repercutiendo de manera negativa en el sistema y le ha arrebatado la mayoría de sus tormentas y es por ello que se prevé que Joyce se transforme en un remolino de nubes de escasa entidad en el Atlántico durante los próximos dos días.
No obstante, los expertos también están inmersos en la vigilancia de otra perturbación que acaba de ser nombrada como la Tormenta Tropical Kirk y que está localizada entre África y las Islas del Caribe.
Los pronósticos advierten que la misma ganará intensidad hasta convertirse en un poderoso huracán a mediación o a finales de la próxima semana.
Afortunadamente, Kirk se desplazará hacia el Atlántico abierto y a pesar de que sus fuertes marejadas podrían afectar las costas de Estados Unidos a inicios de la siguiente semana, solo implicará un peligro en el ámbito de la navegación.
El desarrollo de la temporada de Cabo Verde, concebida como aquella etapa en que las tormentas del Atlántico emergen cerca de las Isla de Cabo Verde frente a África y se transforman en huracanes justo antes de arribar a las Islas del Caribe, se ha prolongado un poco más de lo habitual este año.
Generalmente la temporada de Cabo Verde culmina en octubre, sin embargo, como el auge de la actividad ciclónica este año se ha suscitado después de lo normal, es probable que se forme otro huracán con estas características próximamente.
Se espera que la onda tropical ubicada hoy cerca de la costa de África gane organización y se convierta en un potente huracán la venidera semana.
Aunque es preciso continuar monitoreando su evolución y trayectoria, hasta el momento no supone riesgos inminentes para ningún país.