En México y en Estados Unidos muchos han criticado la construcción del muro en la frontera que ordeno el presidente estadounidense Donald Trump pero algunos cuestionan al gobierno mexicano el muro que tiene en la frontera sur con Guatemala según reporto el diario Infobae.
El 7 de julio de 2014, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, y el entonces mandatario de Guatemala, Otto Pérez Molina, pusieron en vigor un plan conocido como «Plan Frontera Sur» donde se aumenta la vigilancia en la frontera.
El muro situado en la frontera de concreto, de metro y medio de alto y con un alambre de púas en la cima, recorre más de un kilómetro e impide que los migrantes puedan llegar a las vías del tren y a los centros de derechos humanos y albergues, cercanos.
«El muro tapa el acceso a los migrantes, lo hizo Ferrosur para cuidar los límites de los patios de los trenes. Le tapa el acceso a los migrantes para llegar acá a los albergues y tienen que buscar otras rutas más largas para poderse subir a los trenes», dijo a Infobae Jennifer, voluntaria del albergue Decanal Guadalupano, uno de los que dan hospedaje a los migrantes.
Permitir que el proyecto continúe, dijo a Infobae Walter Batres, presidente de la Red migrante Guatemalteca, representa hacerle «el trabajo sucio a Estados Unidos» e hizo un llamado al gobierno mexicano para que en este momento en el que está peleando para que no se construya una barda que lo separa de Estados Unidos, tampoco permita que se violen los derechos humanos de los migrantes.
En medio de la polémica por las protestas de México contra el muro de Donald Trump en la frontera norte mexicana, activistas y defensores de derechos humanos piden protestar también por el que está en el sur, ante la intención de la empresa, concesionaria de trenes, para ampliar este muro a toda su red concesionada en el sur y sureste. El proyecto de Ferrosur incluye un nuevo muro de tres metros de alto, el doble del que ya existe.
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