La Ciudad de México acogerá este miércoles un grupo de funcionarios norteamericanos encabezados por el Secretario de Estado, Antony Blinken, el de Seguridad Nacional, Alejando Mayorkas y la asesora de Seguridad de la Casa Blanca Liz Sherwood-Randall. Por la parte azteca estarán presentes el presidente Andrés Manuel López Obrador, la secretaria de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena y la de Seguridad Ciudadana Rosa Icela Rodríguez.
Como resultado del deterioro de la situación migratoria en la frontera sur entre México y Estados Unidos, los presidentes de ambas naciones sostuvieron un diálogo telefónico y pactaron el encuentro de sus partes. Este encuentro ocurre en medio de una caravana de casi 7.000 migrantes de varias naciones, incluidos cubanos y las autoridades mexicanas no se proyectan para frenarlos. En algunos días de diciembre las autoridades fronterizas de Estados Unidos reportan cruces diarios de hasta 10.000 personas.
Blinken señaló mucho antes de esta visita que se «abordarán los desafíos de seguridad fronteriza, incluidas acciones que permitan la reapertura de importantes puertos de entrada a lo largo de nuestra frontera compartida».
La parte mexicana señaló en un comunicado que: «La visita de la delegación de alto nivel representa una oportunidad para reafirmar la cooperación bilateral en movilidad humana y la gestión regular de flujos migratorios».
La llegada de migrantes de forma irregular a México no ha dejado de crecer. Las autoridades registraron más de 680.000 en lo que va de año, 98.000 sólo en el mes de noviembre. Miles están desperdigados por distintos puntos del país esperando sus citas para pedir asilo en Estados Unidos y mantienen a los albergues de la sociedad civil desbordados.
Se espera que Blinken insista en el cumplimiento de la Declaración de Los Ángeles, pero el punto de vista mexicano destaca la necesidad de un plan de financiamiento considerable en los países emisores.
ICE ha incrementado las detenciones de personas con I-220-B que comparecen a sus oficinas, como parte de las medidas adoptadas por el gobierno estadounidense para detener el acelerado flujo migratorio al país. De igual manera la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos detuvo a 242 mil migrantes en noviembre en el margen del río Bravo, subrayando la urgencia de buscar soluciones a esta creciente problemática.
Sobre el tema migratorio, Estados Unidos sostuvo una nueva ronda de conversaciones también con el gobierno cubano. El diálogo tuvo como objetivo, concretar acciones y disminuir el flujo migratorio desordenado. Según el viceministro de Relaciones Exteriores de la isla Carlos Fernández la reunión culminó sin avances significativos. El gobierno antillano instó a su par norteamericano a devolver a todos los migrantes que llegan a sus fronteras de forma irregular y cumplir los acuerdos bilaterales íntegramente.
Estados Unidos por su parte destacó en un comunicado: » Estas conversaciones también son coherentes con nuestro interés de fomentar la reunificación familiar y promover un mayor respeto por los derechos humanos y las libertades fundamentales en Cuba.
El país norteamericano por su parte ha ampliado sus servicios consulares en la capital antillana y emitió el pasado año 2022 los 20 mil visados acordados. También facilitó el acceso al «Navegador Consular» que permite a los usuarios aclarar dudas sencillas, así como obtener respuestas precisas sin necesidad de que las personas acudan a la embajada. Las relaciones bilaterales entre Cuba y Estados Unidos hace dos años se han reforzado en materia de migración, tráfico de drogas entre otros a pesar de las históricas diferencias ideológicas y políticas de ambos estados, aspectos positivos ya que incluyen la protección principalmente de vidas humanas.
1 Comment