La policía de migración de Costa Rica conjuntamente con la policía Nacional de Panamá y la Fiscalía de Crimen Organizado de ese país, realizaron allanamientos en lugares cercanos a la frontera del sur de Panamá y al norte de la frontera con Nicaragua.
Estas fronteras eran utilizadas por una organización criminal que traficaba personas migrantes de diferentes países entre otros de Cuba, Haití, con el propósito final de llegar a los Estados Unidos. Según un informe oficial de Migración los traficantes cobran de 14 mil a 22 mil por persona.
«Cada miembro del grupo criminal se distribuía funciones de manera conjunta para lograr recibir a las personas desde territorio panameño y posteriormente ingresarlos, trasladarlos de forma clandestina a través de sitios en los que alojaban y ocultaban a las personas migrantes, quienes luego eran movilizadas por el territorio costarricense; hasta llegar a la zona norte para luego trasladarlas hacia territorio nicaragüense», dijeron en el reporte de migración.
Recientemente en Uruguay desmantelaron una banda similar que se dedicaba al tráfico de personas cubanas.