Cientos de cubanos han cruzado la selva desde Colombia huyendo de la deportación, sin embargo su situación no mejora una vez que llegan a Panamá, la crisis migratoria simplemente se traslada de Turbo a la provincia de Darién.
El Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc) ha contabilizado a unos 1.000 migrantes, entre cubanos, africanos y haitianos, en los albergues que los acogen temporalmente.
Según informa el diario local Panamá América, José Donderis, director de Sinaproc, afirmó que el conteo de migrantes es parte del operativo de flujo controlado con el que se custodia la llegada de migrantes irregulares a territorio panameño.
El operativo tiene como objetivo garantizar los controles migratorios y brindar asistencia humanitaria a los migrantes, además de establecer vigilancia epidemiológica en la zona de tránsito, explicó Donderis.
Además insistió en que los derechos humanos de los migrantes son respetados, pero una inspección de la Defensoría del Pueblo reveló una situación preocupante en los refugios.
En el sector de Lajas Blancas, el albergue más poblado, con alrededor de 750 migrantes de Cuba, Angola, Bangladesh, Camerún, Congo, Haití, Nepal, Pakistán y Senegal, los extranjeros se quejan de hacinamiento, mala alimentación y falta de atención médica, y piden que las autoridades agilicen el proceso para poder continuar su trayecto hacia el Norte.
Las autoridades de Sinaproc señalan que el proceso es lento, ya que en la frontera con Costa Rica solo se les permite trasladar a 100 migrantes por día, lo que provoca que la situación en Panamá se agrave.
