Una mujer residente de la costa oeste de Florida recibió como regalo de Navidad la buena noticia de que podrá seguir conviviendo en su hogar con su cocodrilo «Rambo», que tiene unos seis pies de largo.
Durante doce años Mary Thorn ha cuidado del cocodrilo en su humilde casa de Lakeland, hasta que la Comisión de Pesca y Vida Salvaje de Florida (FWC) le advirtió el año pasado que Rambo ya había crecido demasiado como para mantenerlo en una vivienda.
Aunque la FWC prohíbe tener cocodrilos en espacios reducidos, la agencia estatal aceptó en una corte local llegar a un acuerdo con Thorn.
La mujer, que trata al animal como si fuera su hijo, solía llevarlo en su motocicleta con chalecos de cuero y atuendos de Navidad, que ella le hace, y hacer espectáculos espontáneos en los que recaudaba dinero.
Sin embargo, aunque podrá mantenerlo en su casa, como parte del acuerdo deberá eliminar sus viajes en motocicleta y los contactos directos con otras personas.
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