En la madrugada del 1 de octubre perdieron la vida en un trágico accidente automovilístico una decena de mujeres cubanas y resultaron heridas 17 personas de igual nacionalidad, al volcarse el camión que los transportaba hacia la frontera estadounidense, en el kilómetro 134 del tramo de carretera Pijijiapan-Tonalá, en la costa de Chiapas, México.
Entre las víctimas mortales de este lamentable suceso se encuentra Aylen Moreira Guimarais, quien viajaba a bordo del vehículo junto a sus dos hijos nombrados Alejandro Adrián Velasco Moreira, de 12 años de edad y Ariany Velasco Moreira, de 7 años de edad con el objetivo de reunirse con su esposo y padre de los pequeños en Estados Unidos. Ambos menores sobrevivieron, sin embargo Alejandro Adrián sufrió varias lesiones.
Tras el accidente Adrián de Jesús Velasco, quien llevaba residiendo aproximadamente 10 meses en Estados Unidos, solicitó de inmediato una visa humanitaria para que sus hijos pudieran viajar a dicho país y reencontrarse con él.
Sin embargo, luego de más de dos semanas de miedo e incertidumbre, los menores lograron obtener una cita de CBP One e ingresar a los Estados Unidos a través de la frontera con México, quedando bajo la custodia del gobierno federal ante la ausencia de sus progenitores.
Felizmente el pasado lunes tuvo lugar el reencuentro de Adrián con su pequeña Ariany, a quien esperó con globos y un peluche. En relación a este momento tan emotivo, el padre de la menor declaró a Univision: «Cuando la vi, yo no sabía si llorar o reírme. Yo no sabía qué hacer».
También manifestó a esta cadena de televisión que a su hijo varón ya le habían dado el alta médica, pero que permanecía hospitalizado en territorio estadounidense, pues faltaban los resultados de unos análisis que le habían realizado y que por esa razón no se habían podido reunir. El niño tuvo que ser operado del bazo y además había presentado ciertos problemas en uno de sus pulmones como consecuencia del siniestro.
Igualmente Adrián confesó que los menores aún no sabían de la muerte de su madre y que él prefería darles la triste noticia y conversar con ellos cuando los tres estuviesen juntos, lo cual debe acontecer posiblemente a finales de esta semana.
El cadáver de su esposa fue incinerado y repatriado a Cuba por decisión familiar, a lo cual contribuyeron autoridades cubanas y mexicanas.