El opositor cubano Ramón Saúl Sánchez, quien enfrenta un proceso de deportación de EEUU, tras vivir en Miami por más de 50 años ha escrito un conmovedor mensaje en sus redes a propósito de su retiro, y muy cercano a su próxima fecha de comparecencia en corte el próximo 27 de julio.
El activista y líder del Movimiento Democracia, ha aclarado que si las autoridades estadounidenses deciden deportarlo a la Mayor de las Antillas, será incapaz de criticar a Estados Unidos, un país que le ha dado refugio durante décadas, y una nación que ama tanto como a la que lo vio nacer.
«Amigas y amigos: Les informo con gran alegría que hoy el Departamento del Social Security me aprobó finalmente mi retiro y el seguro de salud, Medicare. Me siento muy agradecido. Me han dicho que mientras continue teniendo activo mi permiso de trabajo tengo derecho a mi retiro», escribió el exiliado.
Sánchez reveló que ha trabajado legalmente por cinco décadas en Estados Unidos, pagando siempre sus impuestos, y nunca ha colectado ninguna ayuda social o beneficio de los que concede el gobierno a personas de bajos recursos.
«Llevo 25 años trabajando en la misma compañía de mantenimiento de edificios de personas pobres. Son muchas las horas y las trabajo con alegria. Y quiero seguir trabajando y luchando por mi patria hasta que no me queden fuerzas», aclaró.
Sobre su proceso de deportación, el opositor confesó que tiene fecha de corte el próximo 27 de julio, pero también dijo tener fe en Dios y en su abogado Willy Allen, así como en la justicia de este gran país, en las oraciones y en el apoyo moral que le brindan los que por tantos años lo siguen.
«Si me destierran de ésta generosa tierra, no me iré rezongando contra ella; por el contrario, me iré profundamente agradecido de ella y de su noble pueblo por el refugio que me dieron por más de medio siglo a pesar de mis no pocos escollos con sus leyes por mi lucha constante por la libertad de Cuba, y sus indefensos balseros; y por este país haberle dado refugio a los que de mi pueblo han escapado por 64 años buscando libertad», subrayó.
«He llegado a querer a esta nación como amo a la mía propia. Lo digo inmerso en sentimiento para los que no hay descripción. Soy afortunado de haber tenido dos patrias aunque al final haya resultado desterrado de una, en la que nací, y me quieran desterrar de la otra, donde encontré refugio», agregó.
«De aquel amantísimo terruño donde vi la luz primera, fui enviado al destierro a los 12 años, por mis padres, quedando atrás mi madre y mi abuelita a las que no pude ver nunca más…ni siquiera para poner una rosa blanca en sus santas tumbas el día en que fallecieron. Así, el depravado Dictador que se enseñoreo de mi tierra se robó mucho mas que un país; nos desgarró las familias y con ellas el alma», lamentó refiriéndose al destino de su amada Cuba.
«Aunque no lo entiendan los que nunca perdieron a su familia en semejantes condiciones, ni vieron oprimido a su país, gracias a Dios. Lo que hice y hago es por amor, un amor que se clavó en mis entrañas cuando me desarraigaron de mi país; amor infinito al pueblo cubano ante su devastadora tragedia; y por intentar impedir que el mal horrible que lo ha destruido tan brutalmente, dejándolo esparcido en añicos por todo el mundo, destruya también mi otra amantísima patria: los Estados Unidos de America», sostiene.
No obstante, pidió a quienes lo siguen y lo acompañan en su causa, a quienes llama «seres generosos que levantan su voz a favor de él, que en caso de que se efectúe su deportación a la Isla comunista, «no levanten dedo acusador ni palabra soez en contra de quien me deporte y mucho menos contra éste país, pues eso me clavaría un puñal en mi corazón viniendo de la gente que amo».
«Conviertan la posible indignación en un mensaje de gratitud en mi nombre hacia el pueblo de esta nación que no es quien me deporta, por haberle permitido a este extranjero rebelde vivir en su noble suelo por tantos años, como si fuera el suyo», rogó.
«Esta tierra tiene tambien lágrimas nuestras, y hasta nuestra sangre, y en sus cementarios yacen los restos de nuestros familiares y hasta nuestros balseros fallecidos buscando su libertad. No me fallen en esto mis hermanas y hermanos, que la ingratitud de los míos me dolería más que el destierro que me imponga mi fiscal. Y luchen, luchen mucho por nuestro pueblo y por éste; sin fanatismos y sin violencia. La dignidad humana es el arma mas poderosa que existe. Puede mas que los cañones. Úsenla para rescatar nuestros derechos. Únanse con humildad. Apoyen a los que luchan dentro y fuera de Cuba y a nuestros presos políticos y sus familiares. No abandonen a nuestros balseros. Sin defectos o con ellos, ellos son víctimas de los opresores», indicó.
«Les digo, no importa para donde me deporten, aún si es para las garras feroces del verdugo de los cubanos, seguiré luchando por los derechos de mi amantísimo pueblo hasta el último aliento de mi vida. Para luchar por la libertad de mi amado pueblo, mi patria, es el Universo», concluyó.
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