Las opositoras cubanas María Mercedes Benítez Rodríguez y Vismayka Amelo Jardines terminaron una con la cabeza rota y la otra encerrada en ropa interior en un calabozo de Santiago de Cuba, después de que la Seguridad del Estado implementara un operativo contra ellas el pasado 17 de febrero, según declaraciones de ambas a Diario de Cuba.
«Llegamos a mi casa a las 7:00 p.m. Vismayka Amelo Jardines y yo», relata Benítez Rodríguez. «Siento que me tocan la puerta y eran cuatro agentes de la Seguridad del Estado, conocidos como Richard, Charles, Pagán y Dayron, con el cuento de que iban a hacerme un registro a esa hora».
«Les pedí la orden para eso y dijeron que no enseñarían ninguna orden porque la ley son ellos mismos (…) Les cerré la puerta en la cara y entonces le dieron una patada que le arrancaron el llavín», añade.
«Entraron y Pagán me agarro por el pelo, me metió la cabeza contra la pared del pasillo y me partió la frente causándome una herida profunda», denuncia Benítez Rodríguez.
Por su parte, Amelo Jardines afirma que intentó interceder para detener la agresión a Benítez Rodríguez.
«Hice todo lo posible para que no la tocaran más, pero al final ellos mismo se asustaron al verla sangrando tanto y se la llevaron para el hospital militar», asegura la activista. Allí, «el médico que la atendió no quiso hacerle radiografía y mucho menos cogerle puntos».
A Vismayka Amelo Jardines la encerraron en un calabozo de la unidad de policía local, según su versión. «Me dejaron en blúmer y ajustador hasta la mañana del sábado 18 de febrero, que me pusieron en libertad».
A juicio de Benítez Rodríguez, el objetivo de la represión «es eliminar la Red FE (Facilitadores Electorales), encargada de preparar a Candidatos Independientes de #Otro18 para las venideras votaciones y la publicación de la revista independiente La Voz Santiaguera».
Benítez Rodríguez dice que estuvo con la cabeza rota hasta el día siguiente (sábado) cuando estaba previsto realizar en su casa, en el reparto Veguita de Galo, de Santiago de Cuba, un «taller de candidatos independientes».
«Aún estaba sangrando y uno de los participantes, Enrique Figuereda, buscó al oficial Remblan, encargado de la Seguridad en esta zona, y este, al verme en esa situación, mandó que me llevaran al hospital provincial Saturnino Lora. Fue cuando me suturaron», afirma la opositora. «Yo estaba tan mal que lo único que pude escuchar fue que el agente le decía a la doctora que me pusieran un suero».
Otros activistas fueron arrestados para impedir que llegaran al encuentro del sábado.
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