En la sucursal del Banco de Crédito y Comercio (Bandec) de la calle Avellaneda en la ciudad de Camagüey, donde actualmente funcionan los pagos electrónicos a través de una “terminal de autoservicio”, una empleada se queja: “Hasta ahora no se ha presentado nadie y todos siguen haciendo las colas para las cajas”.
Las personas que entran al banco optan por interactuar con un trabajador; pues la cuestión de las transacciones electrónicas no les ofrece seguridad, debido a la falta de familiarización.
Veinte años han tardado en llegar a la Mayor de las Antillas las primeras transacciones financieras en línea.
Kiosco, se denomina el nuevo servicio, el mismo permite el pago de las facturas de electricidad y de teléfono; así mismo la amortización de créditos, no estando exento de percances tecnológicos.
Para los cubanos el pago electrónico resulta una novedad, Mónica Salgado, una jubilada en Santa Clara, dice: “No quiero que mi dinero se evapore porque hago algo mal y lo mando para donde no es”.
La señora recibe su pensión a través de una tarjeta magnética que se niega a usar en el nuevo portal, porque según explica: “con el dinero no se juega”.
Al principio el servicio sólo era para empresas estatales; pero este 2017 se ha empezado a extender entre los usuarios privados, sin embargo todavía no puede usarse para comprar productos en la red de tiendas de Cuba; pagar un boleto de autobús interprovincial o reservar una habitación en un hotel.
Entre otros lentos avances también está el acceso a las redes wifi, que se han estado instalando desde 2015 por la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA), en todo el país, una hora de navegación tiene un costo de 1 CUC, lo que gana un profesional al día.
En los sitios nacionales otra cuestión es muy común, hay problemas con los certificados de autenticidad. Y los navegadores lanzan una advertencia con un cártel que dice: “La conexión no es privada, es posible que algunos atacantes intenten robar tu información”.
Luego el usuario debe introducir los datos de acceso, y es entonces cuando se le permite entrar a una zona privada, allí puede consultar el saldo y transferir a otras cuentas del mismo banco. El cliente también puede descargar la aplicación Transfer Móvil, y efectuar diversas operaciones mediante códigos USSD.
Cuba se aproxima al ritmo y sintonía del resto del orbe, sin embargo la población no se encuentra preparada ni alfabetizada en las “cuestiones tecnológicas”; entre los 5,7 millones de cuentas de ahorros que había en el país a mediados de 2016, al menos el 50% tiene tarjeta magnética, pero un porcentaje muy bajo de sus propietarios se ha atrevido a usar el pago electrónico.
(Con información de 14ymedio)