Hace unos días el humorista Luis Silva, que encarna el personaje de Pánfilo en la divertida serie Vivir del Cuento cuestiono la razón por la que la Aduana de Cuba prohibía la entrada de un drone que son muy populares entre los jóvenes.
Pánfilo dijo lo siguiente en las Redes Sociales.
Le acaban de dar a mi hermano, este pequeño drone de la foto, para que lo traiga a mis niños. Ya averigüé, pregunté, indagué, y de ningún tamaño los dejan entrar a Cuba. Por qué? Qué sé yo. A lo mejor los niños ponen en peligro la seguridad de algo con ese avioncito, o lo pueden volar por arriba de no sé qué edificio para «chismosear». Si es una resolución del país, o una ley o una regulación, yo la respeto. Pero me gustaría conocer el porqué de la prohibición. Sé que hay restricciones sobre estos artefactos en todos los países del mundo, sin dejar de venderse en todas las tiendas. Y la responsabilidad es del usuario que lo compra. Habrá que esperar a que pasen unos años, y se levante la prohibición, como mismo pasó con los DVD player. Se acuerdan que un simple lector de DVD era decomisado? O solo lo entraba quien tuviera una carta de autorización, firmada por no sé quién? A esta historia se suma, que estando en los Estados Unidos, Andy Vázquez, quien encarna el personaje de Facundo en Vivir del cuento, recibió como regalo dos micrófonos inalámbricos para que los usara en sus actuaciones en Cuba. Le dije: sabes que eso no te lo van a dejar entrar? Y mis palabras se cumplieron. Que si la frecuencia de los micrófonos tiene que ver con la frecuencia de la policía, que si te tiene que autorizar el Ministerio de Comunicaciones. Final de la historia. La respuesta fue No. Facundo se quedó sin sus micrófonos. Cosa que no le duele porque nunca pensó tenerlos. Como tampoco me duele lo del drone. Porque tampoco mis niños pensaron tener uno. Así que… todo está normal, ahí, tranquilo, en el tíbiri tábara.
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