El Papa Francisco dio un histórico discurso en el Congreso de Estados Unidos donde llamo a los legisladores a utilizar las leyes para proteger la vida de cada ser humano y ser tolerantes con los inmigrantes.
«Nosotros, pertenecientes a este continente, no nos asustamos de los extranjeros, porque muchos de nosotros hace tiempo fuimos extranjeros» dijo el Papa sobre la inmigración y el debate en Estados Unidos sobre el tema.
«Trágicamente, los derechos de cuantos vivieron aquí mucho antes que nosotros no siempre fueron respetados. A estos pueblos y a sus naciones, desde el corazón de la democracia norteamericana, deseo reafirmarles mi más alta estima y reconocimiento. Aquellos primeros contactos fueron bastantes convulsos y sangrientos, pero es difícil enjuiciar el pasado con los criterios del presente» continuo el Papa sobre inmigración.
Francisco también pidió una economía mundial más justa, la abolición de la pena de muerte, la protección de las minorías étnicas y religiosas, la prohibición de la «sangre» global en el comercio de armas y la protección de la familia en un discurso que gustará a los liberales.
«Debemos elegir la posibilidad de vivir ahora en el mundo más noble y justo posible, mientras formamos las nuevas generaciones, con una educación que no puede dar nunca la espalda a los «vecinos», a todo lo que nos rodea» dijo sobre la desigualdad que impera en el mundo.
En otro tema el Papa hablo sobre las armas en Estados Unidos «¿Por qué las armas letales son vendidas a aquellos que pretenden infligir un sufrimiento indecible sobre los individuos y la sociedad? Tristemente, la respuesta, que todos conocemos, es simplemente por dinero; un dinero impregnado de sangre, y muchas veces de sangre inocente. Frente al silencio vergonzoso y cómplice, es nuestro deber afrontar el problema y acabar con el tráfico de armas» dijo Francisco.
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