Este lunes 26 de septiembre muere en La Habana la carismática actriz cubana Aurora Basnuevo, la popular Estelvina del programa radial Alegrías de Sobremesa y para el actor y humorista Alexis Valdés, radicado hace muchos años en Miami fue una noticia que le trajo remembranzas de años que pudo compartir con esa gran actriz que más que una colega la consideraba su amiga su familia.
El humorista cubano acudió a sus redes sociales para plasmar todo lo que significó para el poder tener historias junto a esa gran artista, que fue a través de ella que pudo conocer sobre la juventud de su padre el actor Leonel Valdés, porque desde siendo él un niño ya se conocían.
A continuación el texto íntegro donde el actor dijo sentirse devastado por el fallecimiento de la actriz cubana «La Mulatisima» por la que siempre sintió un gran aprecio, sino también por su esposo Mario Limonta ante su pérdida y también por el hijo de ambos Mayito.
Ha fallecido, mi amiga, mi tía, mi colega, Aurora Basnuevo. Todo eso fue para mi.
La conozco desde pequeño. Siempre estuvo cerca de mi padre. Desde antes de Alegrías de Sobremesa y San Nicolás del Peladero. Mucho antes. Ambos fueron maestros normalistas. De los que estudiaron en la escuela normal de maestros de la Habana. Y ambos decidieron que querían ser actores. Y ambos fueron grandes actores y grandes comediantes. Y además se querían muchísimo.
Aurora era un talento desbordante. No solo era una gran actriz y una gran cómica, también tenía talento para cantar y bailar. Qué bueno que la vida poco a poco le fue dando la oportunidad de sacar todos esos talentos a la luz. Quizás faltó esa gran película donde la actriz dramática hubiera mostrado toda su poderosa alma. Pero ya sabes, cuando alguien es un celebrado artista de la comedia, los directores tienden a encasillarle o quizás tienen miedo a que el público no les crea en un papel dramático, aunque el cine tantas veces se haya ocupado de demostrar lo contrario.
Yo tuve el placer inmenso de trabajar con ella en Alegrías de Sobremesa, y ella, como me quería, me apoyaba y celebraba el éxito de mi personaje. Y después estuvimos juntos en la película Salsa en París. Se la recomendé muchísimo a la directora Joyce Sherman Buñuel. Y en París y me decía “venme a buscar porque si no salgo a ninguna parte”. Y yo le decía “Aurora tú eres una mujer adulta”. Y me decía “no yo no estoy acostumbrada a esto, esta ciudad es muy grande y me da miedo” Y allá me iba yo a buscarla a su Hotel que quedaba bastante distante del mío. Y nos íbamos a comer y charlábamos de muchas cosas.
Un día de esos me dijo “ tu padre era un gran maestro” “Si ?”Le pregunté yo. Y me dijo “ muchacho, los otros estudiantes íbamos a verle dar clases, era todo un espectáculo“. Y con su manera elocuente de describir las cosas, me mostró a un padre mío joven que yo no conocía.
Ella también fue una gran maestra. De la radio, de la televisión, del cabaret, del teatro. De esos artistas sin prejuicios. No importaba el escenario, importaba su talento, su carisma, y su inmenso oficio.
Tuvo una vida hermosa pero también dura. Su único hijo, Mayito, siempre tuvo problemas mentales. Y ella lo adoraba. Cuando yo le llamaba por teléfono o Libia me la ponía, siempre me decía “Mayito te manda saludos” me dijo “mamá dale un beso al hijo de “Leonel Valdé”. Así siempre me grabó en su mente indescifrable “el hijo de Leonel Valdé”
Y Aurora con ese niño fue una madre inmensa. Siempre luchó por él. Y nunca se dió por vencida por más que la vida se empeñara en tratar de derrotarla. Esto es algo que todos sus compañeros de trabajo lo saben. Quizás toda su grandeza como actriz y como cómica, y mira que fue grande, no es capaz de igualarse a su grandeza como madre. Mi eterna admiración por eso. No todos tenemos esa capacidad de entregarnos totalmente.
Ya hace días que me había contado mi amiga Libia “Aurora está muy mal”. Libia siempre se ocupó mucho de ellos. De Aurora y de Mario. En estos duros tiempos de hacerse viejos. Y cuando me lo dijo y me envió una foto, sentí mucha pena. Porque la última imagen que tenía de ella, era la de una mujer energética y vivaz que nunca perdía de la sonrisa.
Hoy me da aún más pena con Mario. Que soledad tan vasta ha de ser perder a tu compañera, a tu cómplice de toda la vida. Ahora escribo esto y me dan ganas de llorar. Por Mario.
Les cuento algo alegre. Recuerdo la vez que me llevé a Aurora a Madrid. Siempre me lo agradeció. Teníamos que doblar la película Salsa en la versión castellana. Y la Productora Espanola me preguntó “ “qué actriz cubana hay en Madrid que pueda doblar lo que hizo la señora Aurora?” Y yo le dije “ Nadie” incluso le metí un poco de miedo diciendo “ además en la película Aurora dice unas frases religiosas, yorubas, que para decir eso hay que saber muy bien lo que se está diciendo, porque si n, puede ser una ofensa a la religión afrocubana. Y eso puede ser muy malo para la película” … En dos semanas estábamos paseando por Madrid. Le pagaron un viaje a Madrid para doblar cinco o seis escenas ja ja.
Nada, tía Aurora. Que me hubiera gustado verte unas cuantas veces en estos años de mi vida y la tuya. Pero tenemos esta distancia a veces insalvable de un estrecho de mar, que para algunos se ha vuelto enorme. Te quiero. Y claro voy a llorar, porque verte partir, es cómo ver partir un poco de mi vida.
Un abrazo mulatísima. Un abrazo Mario. Un abrazo Mayito.
Soy El hijo de Leonel Valdé.