Recientemente, trascendió un suceso bastante insólito ocurrido a bordo de un avión que viajaba desde Cuba a Moscú y es que un turista de nacionalidad rusa trató de abrir una de las puertas de emergencia de dicha aeronave en pleno vuelo por motivos desconocidos.
Según las declaraciones ofrecidas por varios pasajeros y citadas por un canal de Telegram local, el individuo empezó súbitamente a emitir gritos y a proferir maldiciones.
Los tripulantes se acercaron al protagonista de esta lamentable escena, identificado como «Alexey», con el objetivo de tranquilizarlo, pero el esfuerzo de estos fue en vano, pues el hombre se levantó de forma abrupta de su asiento y se abalanzó sobre la salida de emergencia, intentando abrirla.
Debido a la gravedad de la situación, los miembros de la tripulación tuvieron que inmovilizarlo utilizando cinturones y esposas desechables, manteniéndolo en tales condiciones durante resto de la travesía cuya duración estimada es de 12 horas.
La mentada fuente señala que luego de que sus brazos y pies fueron atados, el sujeto continuó gritando por varias horas, maldiciendo y reclamando que desataran sus extremidades. Hubo un momento en que la impaciencia, la angustia y la alteración experimentadas lo conllevaron a golpearse la cabeza contra la pared.
Una vez que el avión realizó su correspondiente aterrizaje en el Aeropuerto Internacional de Sheremetyevo, enclavado en Moscú, el hombre fue entregado a agentes policiales.
Hasta el momento no han sido revelados más detalles sobre este desagradable hecho y se tampoco se tiene conocimiento de la compañía aérea a cargo del vuelo, pero es probable que se trate de Rossiya Airlines, que es una de las que ejecuta más viajes con destino a la isla caribeña.
Lo cierto es que esta no es la primera ocasión en que un turista causa problemas en un vuelo que conecta a ambos países.
Precisamente, hace algunos días oficiales del Ministerio del Interior (MININT) rechazaron el ingreso a Cuba de un pasajero ruso que asumió un proceder «agresivo y destructivo» en medio de un vuelo que se dirigía desde Moscú a Varadero operado por Rossiya Airlines.
El acontecimiento fue divulgado en agosto, pero realmente tuvo lugar en noviembre del año anterior y el mentado organismo decidió deportar al pasajero en cuestión, quien abandonó la mayor de las Antillas a bordo del mismo avión en que había arribado a dicho territorio en el vuelo de retorno a Moscú.
Además, se dio a conocer que el viajero conflictivo «se negó a sentarse en su asiento, intentó fumar en la cabina y expresó amenazas. La tripulación logró estabilizar la situación, pero el incidente provocó que al alborotador se le negara la entrada al país al llegar al aeropuerto de Varadero».
A raíz de este incidente, Rossiya estableció una demanda contra el pasajero y como resultado este tuvo que pagar 50,000 rublos que equivalen a unos 543 dólares como indemnización a dicha compañía por los gastos en que tuvo que incurrir.
El año anterior se registraron 678 casos de pasajeros que adoptaron conductas similares durante vuelos gestionados por la citada aerolínea. Se determinó que más de la mitad de estos eventos estaban asociados a la intoxicación alcohólica de los viajeros.
En los últimos años el turismo en Cuba ha mostrado un auge considerable, fundamentalmente en el año en curso, experimentando un crecimiento de un 141% en comparación con el 2023, lo cual no significa que sus condiciones actuales sean óptimas.
Este notable ascenso responde a las medidas desplegadas por el gobierno cubano en función de promover un mayor ingreso al país de visitantes provenientes de Rusia y que incluyen la ampliación de la cantidad de vuelos directos entre ambas naciones y el fomento de inversiones rusas en el sector hotelero de la isla.
En medio de los crecientes desafíos que enfrenta Cuba en el ámbito turístico vinculados principalmente al incremento de la violencia y a la decadencia de la infraestructura imperante, los turistas rusos se han convertido en una especie de salvavidas que mantiene a flote este desmejorado sector.
