Este martes un hombre a bordo de un vuelo trató de abrir violentamente la puerta del avión que se hallaba a 30,000 pies de altura, lo que provocó que otros pasajeros lo inmovilizaran con cinta adhesiva a fin de lograr que se detuviera, según lo consignado en los registros de seguridad pública y las declaraciones ofrecidas por uno de los viajeros.
El incidente en este vuelo, que se dirigía desde Milwaukee a Dallas-Fort Worth, es el último episodio de mal comportamiento de pasajeros aéreos, un fenómeno que afecta mucho a las aerolíneas y que se ha agravado con carácter previo a la pandemia de COVID-19, a tal punto que ya suman 1,854 los sucesos de este tipo reportados en el transcurso del presente año a la Administración Federal de Aviación.
En correspondencia con lo señalado en un informe del Departamento de Seguridad Pública del Aeropuerto Internacional de Dallas Fort Worth, durante la travesía, desarrollada por un Airbus A319 de American Airlines, el viajero problemático sostuvo una conversación en la cocina delantera con un auxiliar de vuelo a través de la cual le refirió que deseaba «salir del avión ahora».
El individuo comenzó a alterarse y cuando la situación escaló en intensidad, la azafata estableció contacto con la parte trasera del avión y solicitó apoyo a los viajeros para intentar calmarlo.
La mujer se colocó en la puerta L1 de salida de la aeronave para evitar que ocurriera una tragedia, pero el pasajero rebelde se abalanzó sobre ella y le daño el cuello y la muñeca.
De inmediato los viajeros que se hallaban más cerca acudieron corriendo a ayudarla, entre ellos Doug McCright, quien se lanzó encima del pasajero conflictivo por la espalda, logrando que este cayera al suelo y manteniéndolo bajo control.
En tal sentido comentó: «Estaba atado y decidido, quería bajar de ese avión. Yo estaba atado y decidido, él no iba a bajar de ese avión».
Posteriormente, McCright y otras personas le pusieron cinta adhesiva en las muñecas, las rodillas y los tobillos para que no pudiera actuar y lo sujetaron por 30 minutos.
De acuerdo a lo revelado en el mentado informe, afortunadamente el avión efectuó su aterrizaje de forma segura en el aeropuerto de Dallas-Fort Worth, pero un grupo de oficiales del FBI y del Departamento de Seguridad Pública ingresaron al mismo y procedieron al arresto del pasajero rebelde, llevándoselo en aras de que fuese sometido a un examen mental.
La FAA aseguró a CNN que llevaría a cabo una exhaustiva investigación sobre las causas y circunstancias de este peligroso acontecimiento.
American Airlines, por su parte, le envió el siguiente comunicado a dicho medio de noticias: «La seguridad de nuestros clientes y miembros del equipo es nuestra máxima prioridad y agradecemos a nuestros miembros del equipo y clientes por gestionar una situación difícil».
La citada agencia cuenta con un enfoque de tolerancia cero en relación a aquellos pasajeros que generan disturbios a bordo de un avión. Es válido recalcar que en 2021 tales conductas marcaron una pauta histórica tras registrarse 6,000 incidentes de esta índole. A partir de ese año, el número de reportes ha descendido de manera considerable, sin embargo, el año anterior la cifra se ubicó en 2,000, siendo todavía alarmante. Precisamente en 2023 se comenzaron a implementar más de 400 acciones de cumplimiento y se sancionaron a los pasajeros en cuestión con multas, cuyo monto total alcanza los 7,5 millones de dólares.
El mes anterior se produjo otro evento en extremo desagradable y es que un pasajero le dio una paliza a otro sin motivo aparente en un vuelo de United Airlines, debiendo enfrentar luego serias acusaciones por semejante acto de violencia.
En septiembre pasado un viajero trató de estrangular a una azafata y «dijo que iba a matar a todos” en un vuelo de Frontier Airlines, provocando que el avión se desviara de su ruta. De conformidad con la información contenida en los registros judiciales, el sujeto se declaró no culpable de los cargos federales que se le impusieron.