Erol González Batista, un pastor de la Iglesia Pentecostal en Ciego de Ávila, se encontraba en el grupo de 14 migrantes cubanos que fueron deportados el pasado sábado desde Turbo, el mismo, denunció una violación de derechos humanos.
Este miembro eclesiástico desveló que los migrantes salieron engañados del hotel donde estaban en Turbo para trasladarlos al aeropuerto El Dorado (Bogotá), y posteriormente llevarlos de vuelta a la Isla en medio de fuertes medidas de seguridad.
Según relata González Batista, el grupo se encontraba hospedado en un hotel de Turbo cuando oficiales de Migración llegaron y les informaron que les harían los papeles y les darían el salvoconducto, pero cuando salieron del hotel los llevaron hacia el aeropuerto de El Dorado en contra de su voluntad.
El pastor reclama que no se les permitió recoger sus ropas del hotel y cuando llegaron al aeropuerto para subirse a un avión militar no los dejaron hablar con la prensa.
A juicio del clérigo, estos hechos esconden la voluntad de las autoridades de Migración Colombia de dar un escarmiento a los cubanos, algo que supone una «violación de las leyes internacionales».
Los problemas para este miembro de la iglesia no acabaron con su marcha de Turbo, ya que a su vuelta a la mayor de las Antillas recibió la comunicación de que ya no puede pastorear en los centros eclesiásticos donde antes lo hacía. Su futuro laboral hoy por hoy es toda una incógnita.
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