Un nuevo episodio de balseros cubanos llegando a las costas de Florida se produjo en el día de ayer cuando la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos arrestó a un grupo tras tocar tierra en Cayo Hueso. Los migrantes viajaban en una embarcación rústica de color blanco y azul en la que prácticamente no cabían.
El conjunto de cubanos estaba integrado por ocho personas mayores y dos menores de edad de los cuales no se conoce hasta el momento que tiempo estuvieron navegando en el mar ni si existe alguno herido o deshidratado teniendo en cuenta la larga travesía a cielo abierto.
Samuel Briggs II, jefe de la Patrulla Fronteriza en el Sector de Miami señaló en su cuenta de X que sus efectivos acudieron al lugar de desembarco en la zona de Cayo Hueso para poner bajo custodia los inmigrantes que entraron ilegalmente al país. De acuerdo a las leyes migratorias y a los acuerdos con el estado cubano las autoridades procesarán a los balseros para después deportarlos hacia Cuba.
Casos como estos son frecuentes todas las semanas en una oleada migratoria que ha dejado al país caribeño con menos de 10 millones de habitantes menos en los últimos cuatro años, calificándose como la crisis migratoria más grande en la historia de la dictadura cubana desde el inicio de los años 60.
En esta propia semana otro similar ocurrió en la misma zona donde 33 balseros desembarcaron, pero la Patrulla Fronteriza junto a otras agencias que velan por el cumplimiento de la ley se dieron cita en el lugar para arrestarlos. En este caso en particular las autoridades no dieron detalles de cómo estaba compuesto el grupo ni el lugar de Cuba por el cual salieron.
El viernes pasado la Guardia Costera también interceptó 17 balseros cubanos que navegaban cerca de los Cayos de Florida, pero en este caso si los devolvieron automáticamente a la nación caribeña. Un equipo aéreo que se encontraba patrullando las aguas jurisdiccionales estadounidenses avistó la embarcación a 24 millas de Cayo Marquesas y reportó el incidente a los equipos navales para su detención.
En junio pasado datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP por sus siglas en inglés) reflejaron que 17.563 cubanos arribaron a territorio norteño, de ellos 6.216 lo hicieron por vía marítima reflejando el alto índice de migrantes que abandonan la isla caribeña para probar suerte en peligrosas travesías por tierra y también por mar.
Tanto la Guardia Costera como las agencias que integran la Fuerza de Tarea Conjunta de Seguridad Nacional mantienen vigilancia constante por vía aérea y marítima con el objetivo de ubicar navegantes irregulares que pretendan llegar al territorio nacional empleando esta peligrosa vía.
Igualmente, en varias ocasiones ha anunciado que los migrantes que intenta llegar por la vía marítima serán devueltos a sus países de origen y no podrán ingresar a los Estado Unidos en un período de cinco años ateniendo a las leyes estadounidenses y las nuevas políticas migratorias anunciadas por la administración de Biden.
Las agencias encargadas de atender a estos balseros tras la detención de la Patrulla Fronteriza son la oficina de Detención y Deportación (ERO) y la Oficina de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) quienes emitirán una prohibición de no entrada al país por el período mencionado.
Sin embargo, los migrantes han hecho caso omiso a las informaciones que han brindado las autoridades estadounidenses. Cada semana es muy poco probable que no se detecte una embarcación procedente de Cuba con inmigrantes, lo cual evidencia el deseo y persistencia de abandonar la tierra que los vio nacer que lleva más de 60 años bajo el yugo socialista y sumida en la miseria.
Por otro lado, la actual administración norteamericana apuesta por una migración regular y segura y permite la entrada al país mediante nuevos programas migratorios que benefician a miles de cubanos y de otras naciones de la región. Entiéndase que hablamos del parole humanitario que se aprobó en enero de 2023.