Según reporte AP, el gobierno del estado de Pensylvannia pretente acabar con el embargo de EE.UU. contra el ron cubano, una idea que tuvo sus inicios en un encuentro fortuito en un estacionamiento junto al Capitolio.
«Tú sabes, nosotros producimos ron», le dijo una representante cubana al senador estatal Chuck McIlhinney, que caminaba hacia su coche cuando lo presentaron a la mujer como el senador cuyo comité supervisa la venta de alcohol en Pennsylvania. «Yo le dije: ‘Sí, deberíamos comprarlo'».
Meses más tarde, la agencia que controla una gran cantidad de tiendas de licores, continúa trabajando para suprimir la medida.
«Estamos, como lo sabemos todos, en un momento de transición. El nuevo gobierno ha enviado señales mixtas sobre Cuba. Nadie sabe adónde va a ir a parar esto», dijo Pedro Freyre, abogado de Miami que encabeza el bufete legal internacional Akerman LLP.