La periodista Arleen Rodríguez Derivet, conductora de la Mesa Redonda, lamentó que la prensa estadounidense no cubrió la visita de Díaz-Canel a Nueva York.
«Durante toda una semana, la que duró el viaje del presidente Miguel Díaz-Canel a Nueva York, lo primero que hice cada día, fue consultar las ediciones impresas de The New York Times y Wall Street Journal, que la administración de nuestro modesto hotel en Park Avenue ponía a disposición de sus huéspedes antes de amanecer», dijo en un editorial suyo en Cubadebate.
«Díaz-Canel en USA, nada: ni su entrada por el JFK, ni sus tres discursos en la ONU, ni la respuesta directa a la crítica de Trump al socialismo cubano, ni la soberana confirmación de la invariable solidaridad con Venezuela, ni los encuentros con políticos afines y no afines» se quejó Arleen Rodríguez.
«Ni la hermosa celebración en la histórica catedral de Riverside, donde el presidente no sólo habló, sino que tocó tumbadora junto al grupo folclórico que animó la velada. Ni la reunión con los agrícolas, los Google, los empresarios, los cubanos residentes en ese país, el arzobispo de la ciudad, el Consejo Nacional de Iglesias o con el Alcalde de Nueva York… Ni siquiera la cálida recepción que le dieran Robert De Niro y un grupo de notables personalidades de la cultura norteamericana en el emblemático edificio Dakota» siguió quejándose.
La periodista cubana como es costumbre en la prensa oficial de la isla decidió omitir en su editorial que varios medios de prensa estadounidenses fueron expulsados de un encuentro en una iglesia por temor a que hicieran preguntas incomodas a Díaz-Canel.
Se ve claramente que en Cuba necesitan legitimar a Miguel Díaz-Canel a toda costa, un presidente nombrado a dedo y quien públicamente reconoció que las decisiones importantes las sigue tomando Raúl Castro.