El poeta de origen cubano Richard Blanco hizo historia hoy durante la ceremonia de investidura del presidente de Estados Unidos Barack Obama. Richard Blanco se convirtiรณ en el primer hispano en participar en una ceremonia de investidura en los Estados Unidos. Blanco de tan solo 44 aรฑos recito un poema escrito para la ocasiรณn y encargado especialmente por Obama.
En su poema Richard Blanco recordรณ a sus padres cubanos y los esfuerzos que estos hicieron a su llegada a Miami y de esa manera rindiรณ homenaje a todos los inmigrantes que viven en los Estados Unidos. El texto del poema de Richard Blanco traducido al espaรฑol lo pueden ver a continuaciรณn:
Un hoy
Un sol brillรณ sobre nosotros hoy, encendiรณ sobre nuestras costas,
revelรกndose sobre las montaรฑas, saludando las caras
de los Grandes Lagos, difundiendo una simple verdad
a lo largo de las Grandes Llanuras, y despuรฉs corriendo a lo largo de los Rockies.
Una luz, despertando los techos, bajo cado uno, una historia
contada por nuestros gestos silenciosos moviรฉndose detrรกs de ventanas.
Mi cara, tu cara, millones de caras en los espejos de la maรฑana,
cada uno bostezando a la vida, haciendo crescendo en nuestro dรญa:
autobuses escolares amarillo-lรกpiz, el ritmo de los semรกforos,
puestos de frutas: manzanas, limones y naranjas surtidas como arcoรญris
pidiendo nuestros elogios. Camiones plateados pesados con petrรณleo o papel–
ladrillos o leche, pululando por carreteras a nuestro lado,
en nuestro camino a limpiar mesas, revisar libros de contabilidad, o salvar vidas–
enseรฑar geometrรญa, o cobrar la comida como lo hizo mi madre
por veinte aรฑos, para que yo pudiera escribir este poema.Todos nosotros tan vitales como la รบnica luz a travรฉs de la cual nos movemos,
la misma luz en los pizarrones con lecciones para el dรญa:
ecuaciones por resolver, historia por cuestionar, o รกtomos imaginados,
el โTengo un sueรฑoโ que seguimos soรฑando,
o el imposible vocabulario de tristeza que no explicarรก
los pupitres vacรญos de veinte niรฑos marcados ausentes
hoy, y para siempre. Muchas oraciones pero una luz
respirando color en los vitrales,
vida en las caras de las estatuas de bronce, calor
en los escalones de nuestros museos y las bancas en los parques
mientras madres ven a niรฑos resbalarse hacia el dรญa.Un suelo. Nuestro suelo, arraigรกndonos a cada tallo
de maรญz, cada cabeza de trigo sembrada por sudor
y manos, manos recogiendo carbรณn o figando molinos
en desiertos y cimas de colinas que nos mantienen cรกlidos, manos
cavando zanjas, encauzando pipas y cables, manos
gastadas como las mi padre cortando caรฑa de azรบcar
para que mi hermano y yo pudiรฉramos tener libros y zapatos.
El polvo de granjas y desiertos, ciudades y llanuras
mezcladas por un vientoโnuestro aliento. Respira. Escรบchalo
a travรฉs del bello estrรฉpito del dรญa de taxis tocando el claxon,
autobuses lanzรกndose por avenidas, la sinfonรญa
de pasos, guitaras y chillidos de trenes subterrรกneos,
el inesperado pรกjaro de canto en tu tendedero.Escucha: chirriantes columpios en parques, trenes silbando
o susurros cruzando mesas en cafรฉs, Escucha: las puertas que abrimos
el uno para el otro todo el dรญa, diciendo: hello, shalom,
buon giorno, howdy, namaste o buenos dรญas
en el idioma que mi madre me enseรฑรณโen cada idioma
hablado al viento llevando nuestras vidas
sin prejuicio, mientras estas palabras libran mis labios.Un cielo: desde que los Apalaches y Sierras reclamaron
su majestad, y el Mississippi y Colorado forjaron
su camino hacia el mar. Da gracias al trabajo de nuestras manos:
tejiendo el acero en los puentes, terminando un reporte mรกs
para el jefe a tiempo, cosiendo otra herida
o uniforme, la primera pincelada en un retrato,
o el รบltimo piso del Freedom Tower
proyectรกndose en el cielo que cede ante nuestra resistencia
Un cielo, hacia el que a veces levantamos la mirada
cansada de trabajar: algunos dรญas adivinando el clima
de nuestras vidas, algunos dรญas dando gracias por un amor
que tambiรฉn te ama, algunas veces alabando a una madre
que supo dar, o perdonar a una padre
que no supo darte lo que querรญas.Vamos camino a casa: a travรฉs del brillo de la lluvia o el peso
de la nieva, o el rubor ciruela del anochecer, pero siempreโa casa,
siempre bajo un mismo cielo, nuestro cielo. Y siempre una luna
como tambor silencioso golpeando en cada techo
y en cada ventana, de un paรญsโtodos nosotros–
viendo las estrellas
esperanzaโuna nueva constelaciรณn
esperando que la cartografiemos
esperando que la nombremosโjuntos
โEs un honor increรญble y no sรฉ exactamente cรณmo fui elegido, y espero que sea que Obama ha leรญdo mi obra y que le ha gustado, me parece un sueรฑoโ dijo Blanco antes de subir a recitar su poema. Richard Blanco paso de ser un personaje apenas conocido a ser la cara de muchos hispanos representados en un evento tan importante en los Estados Unidos.
5 Comentarios