El cubano Sergio RodrĂguez Beristain, oficial de la Oficina del Sheriff del condado Jefferson en el estado de Alabama, se uniĂł al pedido de muchas familias cubanas que suplican por la libertad de los migrantes retenidos en centros de detenciĂłn de ICE.
RodrĂguez, quien se dio a conocer luego de viajar a la Isla vestido en su uniforme policial para cumplir un sueño de su madre, escribiĂł una solicitud al presidente Donald Trump para pedir la liberaciĂłn de los cubanos detenidos en Louisiana.
A continuaciĂłn, reproducimos Ăntegramente la carta de Sergio RodrĂguez Beristain a Donald Trump:
Carta de peticiĂłn al presidente Donald J. Trump por la reunificaciĂłn de los inmigrantes cubanos detenidos en los centros de detenciĂłn de Louisiana.
5 de julio / 2020
Querido señor presidente, Donald J. Trump:
Estoy tomando este momento crucial para pedir su consideraciĂłn y escribirle con la esperanza de que, como hombre de fe, con la gran responsabilidad de dirigir esta gran naciĂłn, usted concierne esta humilde peticiĂłn.
Como oficial adjunto del sheriff con la oficina del sheriff del condado de Jefferson en Birmingham A. L, como ciudadano estadounidense, y como inmigrante profundamente preocupado por los niveles de malas condiciones en la detenciĂłn de Louisiana. Centro donde cientos de jĂłvenes inmigrantes cubanos están siendo retenidos por entrar en nuestro gran paĂs sin el proceso de inmigraciĂłn adecuado.
Escribo como uno de los innumerables cubanos que tienen serias preocupaciones sobre el bienestar desesperación y temor, pero con la visión de una esperanza de que Dios proveerá un futuro mejor en esta gran nación.
Te escribo con un corazón esperanzador para los muchos hombres, mujeres y niños cuyas vidas están desgarradas o destruidas por un sistema que es indiferente a su dolor. Te escribo en medio de la guerra descarada de nuestros hombres y mujeres de azul y marrón, algunos de ellos son cubanos como yo o de origen cubano.
Estos cubanos retenidos en el centro de detenciĂłn de Louisiana están siendo juzgados tristemente igual y vistos como individuos peligrosos y personas sin ley que merecen ser deportados de vuelta a un paĂs que no les dará la bienvenida.
Te imploro que escuches las voces lloronas de esas madres y padres con hijos e hijas en esa instalación. Te imploro que conserven otorgarles la oportunidad de demostrar que son dignos de ser estadounidenses orgullosos, ya que están siendo tratados como basura por el simple hecho de que creen en la libertad y la justicia para todos, razón por la cual eligieron arriesgarlo todo, incluyendo sus vidas cruzando el mar o la frontera.
Como ciudadano comĂşn y corriente y oficial de policĂa, te insto a imaginar vivir con miedo todo el tiempo. Sabiendo que en cualquier momento usted podrĂa ser deportado y enviado de vuelta a un paĂs donde usted será castigado por no solo tratar de buscar una mejor vida para ti y tu familia, pero por simplemente pensar diferente.
Este es el entorno en el que viven millones de ciudadanos en Cuba. Cuando levantamos nuestras voces sobre los graves niveles de maltrato y crueldad, muchos de ellos son acusados por algunos de ser un grave peligro para la ideologĂa y la revoluciĂłn, otros son acusados de ser mentirosos difundiendo el pánico y las noticias falsas sobre la dura realidad de muchos cubanos en la isla de todo el paĂs, otros de enemigos del sistema y son enviados a una prisiĂłn realmente mala.
No hay duda de que el número de inmigrantes ilegales tiene que ser reducido y tratado, según la ley. Y estoy de acuerdo en que debemos ser firmes cuando se trata de la inmigración ilegal. Pero como cubano que sabe y comprende el dolor de una madre, un padre, un hijo, una hija, estoy hablando en el nombre de sus lágrimas, sus lágrimas de dolor y desesperación.
Pueden por favor conceder el caso de estos jĂłvenes cubanos, la mayorĂa de ellos de bien, de familias y ansiosos, no solo para reunirse con sus seres queridos, sino para trabajar duro, para servir a una protecciĂłn, y para votar por un presidente que será justo. Estoy apelando a tu corazĂłn cristiano, citando lo que nuestro señor Jesucristo nos instruyĂł en la sagrada Biblia: las buenas noticias: padres, no dañen ni angustien a sus hijos, sino cuando los disciplinen.
Piensa en lo que JesĂşs hace. Dales gracia y compasiĂłn. Y ahora estos tres permanecen: fe, esperanza y amor. Pero el mayor de ellos es el amor. Porque es el amor lo que une a estos cubanos, a sus seres queridos en AmĂ©rica, y son los valores familiares, Dios, y un lĂder amado lo que hace y mantiene a AmĂ©rica Grande.
Solo soy un humilde siervo de la ley, sirviendo a Dios y a AmĂ©rica, trabajando duro y luchando contra el crimen con coraje y honor. Honrando mi juramento como oficial de la ley y esta profunda gratitud que tengo en mi alma por la oportunidad de que esta naciĂłn grata me dio, y que solo podĂa soñar con tener en mi propio paĂs, tener un hogar y una carrera de la que podrĂa estar orgulloso. El mismo sueño de estos jĂłvenes buenos Dios temiendo a los cubanos ser detenidos en Louisiana. En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, el nombre de las muchas lágrimas de tristeza y desesperaciĂłn, que, durante tanto tiempo, nuestras madres cubanas, padres, hijas, hijos, esposos de la esposa habĂan derramado en el nombre de la humanidad.
Por favor, considere esta humilde peticiĂłn de concederles la oportunidad de reunirse con sus familias bien establecidas en los Estados Unidos de AmĂ©rica, y ellos siempre estarán agradecidos con usted como presidente de los Estados Unidos de AmĂ©rica y como hombre justo y lĂder.
Gracias por amablemente, tomarse el tiempo para leer esta humilde petición. Dios te bendiga, señor presidente. Dios bendiga a los Estados Unidos de América.
Sinceramente:
Sergio RodrĂguez Beristain.
Oficial adjunto del sheriff con la oficina del sheriff del condado de Jefferson en Birmingham A.L.
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