El popular presentador cubano Raúl de Molina reveló los retos que enfrenta día a día para conducir junto a su amiga de más de tres décadas la cubana Lilli Estefan el programa de televisión «El Gordo y la Flaca». En una entrevista que ofreció a la youtuber venezolana Daniela Di Giacomo explicó varias problemáticas que en los últimos años vienen apañando su relación con el equipo de trabajo y que de una forma u otra han transformado la televisión.
El programa que presenta a partir de las 4:00 pm hora del este le ha permitido ser uno de los conductores hispanos más conocidos y queridos en la industria del entretenimiento. De igual el programa ha logrado mantenerse en la preferencia del público a pesar de tantos años en el aire, la competencia constante de otros espacios y de la creciente inclinación de las personas a consumir más contenidos en las redes sociales.
Raúl dejó claro en la conversación a quienes consideran que la televisión todo es color de rosa que están equivocados. “La mayoría de la gente que trabaja en televisión no es buena gente, muchos de ellos tratan de clavarte el cuchillo en la espalda”, lamentó el conductor que no escatimó en hacer entender que todos los días siente que le están traicionando.
En la entrevista Raúl habló sin tapujos «ni pelos en la lengua» como se dice en buen cubano, desde determinadas traiciones dentro del propio programa como las distintas formas en que tiene que enfrentar a la competencia. En un momento la venezolana le plantea si ha tenido en alguna experiencia de ese tipo en el programa y é sin pensarlo dos veces respondió: «Todos los días».
De Molina dijo que gracias a su experiencia en ese sector ha sabido sortear esos obstáculos que laceran el trabajo de los artistas y añadió que no es el único que le molesta este tipo de cosas, sino a muchas personas a las cuales le tienen envidia por el papel que desempeñan en la televisión. El cubano que emigró con su familia a los 10 años de edad destacó que él es muy querido por el público teniendo en cuenta que es así como persona tanto en la casa como en el trabajo.
Otros de los problemas que han transformado la televisión a criterio de Molina es la prohibición a hablar de ciertos temas o la censura, lo que simplemente deteriora poco a poco la libertad de las personas a decir lo que piensa. «Ahora tú no puedes decir nada. Tú ves a personas que pesan 500 libras y tienes que decir ‘ay, qué bien luces’, pero a una flaca no le puedes decir flaca, entonces, ¿qué coño le vas a decir?”, añadió Raúl desatando la risa de su entrevistadora quien también forma parte del elenco del programa televisivo.
El cubano que cuenta con más de un millón y medio de seguidores en Instagram refleja que él no es el único que cree que la censura mata a la televisión. Según él muchos comediantes americanos consideran que es una situación horrorosa porque no pueden decir lo que a la gente le gusta oír ya que siempre hay alguien protestando.
Con una trayectoria estelar en los medios de comunicación Raúl se ha sabido sobreponer a las dificultades de este sector a pesar de sus más de sesenta años y una fila de jóvenes dispuestos a ocupar su lugar. Con todo y eso sigue siendo uno de los presentadores más populares de la comunidad hispana en Estados Unidos que hace caso omiso a lo que los demás piensen.