El ruido inconfundible de las Harley Davidson resuena por las calles de Cuba. En Varadero se llevo a Cabo la primera reunión de apasionados de esta marca de motos que hizo la historia de Estados Unidos. Decenas de centauros llegaron montados en sus Harleys rigurosamente construidos antes de los ’60, ya que después de estos años no han llegado más modelos a la isla. Sin embargo los cubanos, con ingenio y fantasía lograron mantener en función estas joyas marcadas con el famoso símbolo del águila.
«Es un trabajo bastante desafiante, porque es difícil encontrar las piezas, así que muchas veces las construimos nosotros solos o adaptamos partes de otras marcas», explica uno de los mecánicos cubanos «veteranos» de las Harleys.
«Mi Harley es parte de mi familia, no puedo despegarme de ella, somos inseparables», dice otro motociclista, mientras acaricia su moto.
Ahora en Cuba hay otro fenómeno, el turismo de los Harleys. Chicos provenientes sobretodo de Canadá y Europa se declaran listos a entregarle a sus colegas cubanos partes de Harleys originales para lucir estos modelos vintage que en otros lugares del mundo tienen un valor económico a veces bien alto. En la reunión cubana de los Harley Davidson se organizaron también juegos de habilidad.
