Seguramente Joanne Chesimard, es la prófuga más conocida entre los fugitivos de la justicia americana. Condenada en 1977 a cadena perpetua, se fugó en noviembre de 1979 de una prisión de Nueva Jersey y logró aparecer en Cuba en 1984.
Ella, es la única mujer que aparece en el cartel que distribuye el FBI con fotos de los terroristas internacionales más buscados, por matar a sangre fría durante un tiroteo al patrullero (ya herido de bala) Werner Foerster.
Ronald LaBeet, rebautizado con el nombre islámico de Ishmael Muslim Alí, figura también en esta tenebrosa lista, porque el 6 de septiembre de 1972, bajo su mando, cinco hombres aparecieron armados, enmascarados y vestidos con ropa militar de los arbustos del campo de golf Fountain Valley, propiedad del multimillonario Nelson Rockefeller.
Según los informes, ejecutaron con una escopeta de cartuchos y pistolas de calibre .45 y 9mm, a cuatro residentes de Miami. Luego rociaron a balazos el bar en la terraza del clubhouse, dando muerte a otras cuatro personas.
Los testigos dijeron que, durante la masacre gritaban insultos raciales y anti-blancos. Huyeron con 731 dólares tomados de la caja registradora y efectos personales de los asesinados.
Cada uno fue condenado en 1973 a ocho cadenas perpetuas consecutivas por asesinato en primer grado más otras sanciones por un total de 70 cargos.
FBI declaró que, el 31 de diciembre de 1984, mientras era trasladado de St. Croix a una prisión en Nueva York, LaBeet usó una pistola que alguien escondió en el baño del avión para secuestrar el vuelo 626 de American Airlines y desviarlo hacia La Habana, Cuba.
En ese momento la policía de los Estados Unidos le perdió la pista.
“Puede que resida en Cuba con su esposa e hijos”, sospechaba el FBI, hasta que una periodista de St.Thomas, confirmó su paradero gracias a un turista canadiense que vacacionaba en la Isla desde 1999.
Y así es, Ronald LaBeet, vive en Holguín, en el oriente de Cuba, en un apartamento y con libreta de racionamiento, fue condenado a siete años de prisión en la isla, solo por el secuestro del avión, comentó Bill Chester en abril del 2015 a la editora del St. Thomas Source Shaun Pennington.
No le gusta hablar de lo que hizo en 1972 pero sí habla de política y es un comunista convencido, indicó la fuente.
“Es difícil creer que fuera él quien lo hizo (el crimen de St Croix), es un buen tipo”, manifestó el canadiense e indicó que nunca ha tenido noticia de que trabajara en Cuba.
Probablemente el cineasta canadiense Jamie Kastner, siguió esta pista, para filmar en 2016 su documental The Skyjacker’s Tale, una reconstrucción de lo sucedido, para lo cual contó con el propio LaBeet.
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