Raúl Castro arribó este sábado a París, donde comienza el lunes una visita de Estado que inicia una nueva relación entre Cuba y Occidente, tras la reconciliación con Estados Unidos y el proceso de normalización en marcha con la Unión Europa (UE).
Su visita a Francia responde a la realizada por el presidente francés François Hollande a Cuba, en mayo pasado. Hollande fue el primer líder occidental en visitar la isla después del comienzo de las relaciones diplomáticas con Estados Unidos.
Con un comercio anual de unos 180 millones de euros, Francia forma parte de los 10 primeros socios de Cuba, y entre sus planes está profundizar sus relaciones con La Habana.
La isla, un polo turístico en expansión y con una obra de mano calificada, es vista por Estados Unidos y sus competidores europeos con renovado interés.
Con el propósito de crear las mejores condiciones posibles para esta nueva relación, París fue recientemente el arquitecto de un acuerdo sobre la deuda cubana con sus acreedores del Club de París. En virtud de ese convenio, la isla logró que le condonaran 8,500 millones de dólares, lo que debería desbloquear su acceso a los mercados financieros. Pero París quiere aprovechar la visita de Castro para ir más allá y anunciar planes de financiamiento en el marco de la reestructuración de la deuda cubana.
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