El diario Granma, órgano oficial del gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC, único legal) en un suplemento dedicado al aniversario de la derogación de la política “pies secos-pies mojados”, ha reconocido que el fin de la política ha reducido “casi a cero” las “salidas ilegales por medios rústicos”.
Asimismo el oficialismo catalogó la decisión que tomó el ex presidente Barack Obama en sus últimos días de mandato como “uno de los pasos más trascendentales” dentro de la nueva etapa que ambos países viven tras el restablecimiento oficial de las relaciones, después de medio siglo de áspera enemistad.
En 1995 por el ex presidente demócrata Bill Clinton, fue instaurada esta política, como resultado de un acuerdo entre su administración con el Gobierno cubano y la revisión de la Ley de Ajuste Cubano, vigente desde 1966, que autoriza a los cubanos a recibir la tarjeta de residencia al permanecer un año y un día en territorio estadounidense.
“Pies secos-pies mojados” garantizaba refugio a todos los cubanos que lograsen pisar suelo norteamericano, ya fuera de manera regular o irregular, sin embargo comprometía a Washington a devolver los detenidos en el mar.
Durante años los antillanos se lanzaban al mar en frágiles y rústicas embarcaciones, con la esperanza de cruzar el estrecho de la Florida, y llegar a tierra de libertad. Pero el argumento de que Estados Unidos estimulaba a los cubanos a emigrar, mil veces trillado por el castrismo, es un disfraz para echarle la culpa al otro, al vecino de los problemas, quien incentiva a los cubanos a salir de su tierra, quien los lanza hacia al mundo, con “pies secos-pies mojados” o sin ella, es el régimen. Como dijo José Martí: “Cuando un pueblo emigra, los gobernantes sobran”.
El artículo del Granma, publicado hoy viernes no dejó de mencionar también como avance en la relación migratoria bilateral el fin del programa de Parole para Profesionales Médicos Cubanos, que según la prensa oficialista “funcionaba como incentivo para que los galenos abandonaran las misiones médicas en terceros países, principalmente en América Latina”.
Sin embargo el régimen pide más, a cambio de nada, de menos libertades, de más violaciones a los derechos humanos; el Granma detalla que pese a lo anterior, para la Isla “resulta imposible pensar en la normalización de las relaciones migratorias entre los dos países sin que el Congreso norteamericano le ponga fin” a la Ley de Ajuste Cubano.
Y aunado a que eliminen la ley, pongan fin al embargo o “bloqueo” estadounidense.
El diario oficialista recuerda además la tensión actual en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, debido al cambio de política de la administración del presidente estadounidense Donald Trump.
(Con información de Cubanet)
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