El actor cubano Renecito de la Cruz en entrevista con la periodista y ex comentarista deportiva Julita Osendi para el portal de noticias CiberCuba, reconoció que ansía que Cuba logre ser «un país de inclusión», que acepte a todos sus hijos sin importar cómo piensen.
«La situación en nuestro país es increíble, estamos viviendo momentos muy difíciles. Tantos jóvenes partiendo buscando un futuro en otros horizontes. La pérdida de jóvenes y no tan jóvenes es muy triste, presenciamos un 27 de noviembre, un 11 de julio», lamentó el artista, hijo del fallecido actor René de la Cruz y de la pianista concertista Pura Ortíz.
Para De la Cruz de 61 años «errores y decisiones injustificadas» son las que han provocado la crítica situación en la Isla que lo vio nacer.
«Errores y decisiones mal tomadas que sólo han incidido en hacer crecer el odio y lo peor, la justificación a ese odio. Yo lo único que quiero es que regrese el amor entre los cubanos, estén donde estén», añadió.
«…Cuba necesita de ese amor que tanto nos caracterizaba. Nunca me he encontrado un cubano, lo mismo en Madrid que en París, en Brasil, Venezuela, Colombia o Beijing que no sienta por su patria», insistió.
«El cubano es un ser de amor; no sigamos matando ese sentimiento. Este tiene que ser un país de inclusión; aceptar a todos, piensen como piensen. José Martí pidió la libertad de las ideas, la posibilidad del respeto a la diversidad de las ideas. Ahí seremos una nación desarrollada», sentenció.
«No permitamos que ni los de allá ni los de aquí nos separen. Yo quiero el amor entre los cubanos aunque pienses como quieras, vivas donde te dé la gana», reiteró.
Sobre la muerte de grandes figuras de la cultura cubana a fines de 2022, Renecito reconoció ha sido un golpe «demoledor» para el mundo del arte, y en especial para la Mayor de las Antillas.
«En muy poco tiempo se nos fueron varios exponentes de nuestra cultura; en una semana perdimos a Aurora Basnuevo, Mario Balmaseda, Rogelio Martínez Furé, Eugenio Hernández Espinosa, entre otros, hasta el 22 de noviembre que partió Pablo (Milanés)», recordó con tristeza.
«Ese concierto lo disfrutamos todos y él lo disfrutó más. Le cantó a todo, incluyendo a la Revolución a pesar de que le prohibieron su Fundación, la misma que permitió difundir la cultura de creadores cubanos y extranjeros por todo el planeta», dijo en referencia al último recital del cantautor en La Habana.
«…Él sabía que su final estaba cerca y vino a despedirse de su pueblo, de estos cubanos que tanto lo amamos», sostuvo.
Rememorando toda una cultura de vida que le legó su padre René de la Cruz, a sus más de seis décadas son pensamientos que el hijo ha aprendido a valorar.
«Mi padre siempre me decía que para ser buen artista había que ser buena persona y eso es difícil pero trato de entregar lo mejor de mí a amigos, conocidos, a mi hija, a mi madre», detalla.
«Soy hijo de dos exponentes de la cultura cubana, dos seres enormes pero si ellos hubiesen sido albañil y costurera yo hubiese sido el mejor albañil y el mejor modisto del mundo», expresa.
Aunque la entrevista fue extensa y De la Cruz abordó diversos aspectos de su vida, y recordó historias de su juventud, al final de la misma volvió a abogar por la necesidad de tolerancia entre cubanos.
«Amor para Cuba, amor entre los cubanos y con ese amor seguiré parándome en los escenarios. El amor por Cuba es mi lucha constante; la Cuba que respeto, la Cuba que defiendo, la Cuba que amo. Y esa Cuba es de todos nosotros a pesar de los sentimientos errados, a pesar de las cosas lamentables que suceden, a pesar del pensamiento cerrado», concluyó.