Recientemente trascendió que el exagente de la Seguridad del Estado (SE) cubano Saúl Santos Ferro, quien recibió orden de deportación a la isla en el 2019, ha sido visto nuevamente en Estados Unidos.
De acuerdo a la información ofrecida por AméricaTeVé, Ferro fue identificado como represor del régimen cubano por sus propias víctimas en el exilio e intentó ocultar a las autoridades migratorias estadounidenses su desempeño como agente al servicio de la dictadura castrista, motivo por el cual tuvo que enfrentar un proceso judicial en Miami.
La permanencia de este individuo en territorio norteamericano también ha sido denunciada por el abogado de Inmigración Santiago Alpízar, vicepresidente de Cubademanda y Cuba Represión ID.
Algunas de las personas que sufrieron las consecuencias del comportamiento inescrupuloso de Santos mientras dirigía la SE en San Cristóbal, Artemisa, lograron reconocerlo años atrás en un mercado de Miami y decidieron fotografiarlo para tener evidencias. Desde ese momento, las organizaciones lideradas por Alpízar han realizado una ingente labor ante las autoridades en contra de la presencia de este hombre en Estados Unidos.
El antiguo represor del régimen terminó bajo arresto en febrero de 2019 y en septiembre de ese mismo año fue condenado a seis meses de privación de libertad y dos años de probatoria, así como a pagar una suma de 12,000 dólares por un juez del Distrito Sur de la Florida, quien, además ordenó su devolución a la isla.
La sentencia de Saúl Santos Ferro es la primera en Estados Unidos contra un represor de la dictadura cubana identificado por sus víctimas.
Este sujeto ingresó legalmente a territorio estadounidense en el 2012 y solicitó su residencia permanente en dicha nación al amparo de la Ley de Ajuste cubano, sin revelar en el transcurso del proceso su conexión con la SE.
No obstante, en la vía judicial se le imputaron varias acusaciones por reprimir a opositores de la dictadura cubana que se hallaban recluidos en prisiones de la región occidental del país y por defraudar a la Seguridad Social estadounidense, tras obtener dinero por este concepto en el período comprendido entre 2016 y 2019.
Luego de que Santos cumpliese su sentencia en Estados Unidos, se procedió a la ejecución de la orden de deportación a la isla, pero al parecer las autoridades cubanas lo rechazaron y, en consecuencia, retornó a territorio norteamericano, donde vive actualmente en condiciones de absoluta normalidad.
Es preciso aclarar que los exiliados que hayan sido víctimas de represores cubanos que ahora se encuentren en Estados Unidos tienen la posibilidad de recurrir a las mentadas organizaciones y efectuar sus denuncias mediante el número de teléfono (305) 434-0364 y el correo electrónico CubaDemanda@cuba-demanda.org.
En el marco de una reunión de análisis realizada este martes 27 de agosto se dio a conocer que varios miembros de la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba (FHRC), abogados de inmigración y hasta congresistas han lanzado advertencias sobre la llegada de represores cubanos a Estados Unidos, un tema que ha causado mucho malestar a la comunidad antillana en el exilio.
La citada fundación reveló que ya suman 115 las personas que han emigrado a este país después de haber hostigado, amenazado y arrestado a opositores de la dictadura cubana.
De conformidad con lo expuesto por el director de la FHRC, Tony Costa, una base de datos permanente arrojó la existencia de 1,015 represores, de ahí que pueda ser utilizada esta herramienta para identificar y evitar el ingreso de estos individuos a territorio estadounidense.
Al respecto integrantes de dicha fundación alegaron: «Nuestra forma de ayudar a los que están dentro de Cuba es identificando a aquellas personas que se dedican expresamente a reprimir a los opositores dentro de Cuba. Y lo que hacemos es que lo identificamos, lo ponemos en un website permanente, que no caduca, para que de esa forma tratar de quitarle la presión a los que están dentro de Cuba».
Con el uso de este mecanismo existe la posibilidad de impedir que funcionarios del régimen castrista entren a Estados Unidos y en caso de que se «cuelen», al menos habría elementos que aportar para la evaluación de sus casos.
