Lorien Rodríguez Sánchez, cubana estudiante de cuarto año de Medicina e integrante del equipo de Rescate y Salvamento de la Cruz Roja Cubana, pudo contar su experiencia, al vivir de cerca la explosión del primer depósito de combustible en la Base de petróleo de matanzas:
“La vida me pasó en segundos por delante. Creo que volví a nacer. Estoy viva por dos personas que cayeron encima de mí. Vi la ola de vapor que se aproximaba y comencé a correr, perdí los zapatos y seguí corriendo», según contó al medio matancero Girón.
La joven Rodríguez Sánchez, que en la noche del viernes 5 de agosto había estado de guardia en un centro de salud, no dudó en incorporarse al equipo de Rescate y Salvamento para brindar su apoyo y auxiliar a los posibles lesionados que estaban al frente tratando de controlar el fuego que inició en la tarde de ese mismo día.
«A las cuatro de las mañana del sábado pensábamos que se había contenido el fuego en el primer tanque. Como yo había salido de una guardia en el hospital y apenas había descansado me recosté en una camilla. De pronto escucho la voz de nuestra jefa de equipo que dice: ¡Corran!, y tomé la camilla y comencé a correr», cuenta la joven.
«Corrí con desesperación. Veía cómo la ola de vapor me alcanzaba, sentía el fuerte calor lastimando mi piel. Volví a caer al suelo y dos personas se abalanzaron sobre mí, protegiéndome de la onda expansiva. Gracias a ellos estoy contando esta historia», agregando:
“En ese instante entré en pánico y apenas podía mover los brazos por el dolor fuerte que sentía. Una pipa pasó por mi lado y corrí fuerte y por esas cosas que a veces no tienen explicación, alcancé el vehículo por la puerta del chofer y, no sé cómo, pero accedí al interior de la cabina pasando sobre él»
Explica la joven que fueron recogiendo en el vehículo en que iban a personas que se encontraban en el camino, una vez en el hospital ella se curó las lesiones que tenía en los brazos y solo logró tranquilizarse cuando supo que sus compañeros de Rescate y Salvamento habían sobrevivido.
Lorien Rodríguez Sánchez, a pesar de sus quemaduras de primer grado se mantiene prestando sus servicios, asistiendo a los lesionados en el incendio de matanzas.