Numerosos restaurantes del condado Miami-Dade han recibido un mensaje inesperado de la alcaldesa Daniella Levine, notificando la exigencia de liquidar impuestos retroactivos resultantes de una ley aprobada por la Legislatura de Florida en 1993, que recién ahora ha entrado en vigor reportó Periódico Cubano.
Según los propietarios de estos establecimientos, la tarifa es resultado del Estatuto de Florida 212.0306, que permite a los condados imponer un impuesto suplementario sobre las ventas de alimentos y bebidas.
Los establecimientos que hayan obtenido licencias para la venta de vino y cerveza, y que generen $400,000 o más al año, deben contribuir con un 1% adicional de sus ingresos totales como impuesto. El impacto se ve agravado por la aplicación retroactiva del impuesto, que afecta a ingresos no contabilizados desde la entrada en vigor de la ley hace aproximadamente doce años.
El propietario del restaurante Costa Peruana, dijo sobre esa medida a la reportera de Univision Tayhana: «Nos están multando, nos están cobrando intereses y penalidades, que son cantidades estratosféricas. Es inaudito que no nos hagan saber esto cuando vamos a solicitar la licencia para que nos cobren o les cobren a los clientes ese 1%”.
El Departamento de Recursos Regulatorios y Económicos del condado de Miami-Dade, encargado de las notificaciones, aclaró que la Oficina de Impuestos dirigida actualmente por el cubanoamericano Dariel Fernández había estado recaudando el impuesto, pero no lo había hecho cumplir estrictamente.
Esta medida se implementó para garantizar que todos los establecimientos que venden alcohol cumplan con las normas legales vigentes. Si bien el Departamento de Recursos Regulatorios no tiene la facultad de modificar estas regulaciones, indicó que está colaborando con los negocios afectados para establecer mecanismos de pago.
Funcionarios del departamento informaron a la reportera de Univisión que están trabajando con las empresas para establecer el plan de pagos y si necesitan ayuda organizaran «reuniones con cada negocio para determinar cómo cumplir con este requisito”.
Las consecuencias de este impuesto retroactivo han sido catastróficas para numerosos propietarios de restaurantes pequeños y medianos, quienes afirman no tener los medios para pagar las multas y los cargos adicionales. A medida que la inflación dispara los gastos operativos, muchos temen que este nuevo impuesto pueda obligar al cierre de muchos establecimientos.
Esta medida además tiene un impacto directo en el bolsillo de los residentes del condado, ya que experimentarán aumentos inmediatos en sus gastos de comida en restaurantes locales. La nueva regulación obliga a los negocios de Miami-Dade a modificar los impuestos que recaudan y posteriormente remiten al gobierno.
Desde la implementación de esta ley, los dueños de restaurantes han expresado una gran frustración debido a la falta de comunicación, lo que los deja sin preparación para afrontar los pagos inesperados. Si bien algunos han logrado acuerdos de pago, muchos aún lidian con la presión financiera que impone esta nueva regulación.
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