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La miembro de la organización opositora Damas de Blanco, Denia Fernández Rey fue detenida en el aeropuerto, cuestionada e intimidada, y luego la deportaron a Santiago de Cuba, bajo custodia de la policía.
Denia fue arrestada el martes en la terminal aérea habanera al bajarse de un avión procedente de España.
La activista fue encerrada en una unidad policial en la capital y más tarde fue deportada a Palma Soriano, Santiago de Cuba. Las autoridades le retiraron sus documentos oficiales, carnet de identidad y pasaporte, le desvalijaron su equipaje, y le quitaron 440 euros.
Fernández Rey, de 45 años de edad fue entrevistada por Martí Noticias, y explico lo sucedido.
“Bajándome del avión, ni siquiera llegué a las puertas de la Aduana, fui interceptada por un agente”, declara Fernández y subraya que le dijeron que era por un asunto de rutina.
Denia agregó que cerca de las ocho de la noche la llevaron con un oficial con el nombre de “Michel”, quien la condujo por la parte trasera del aeropuerto hacia la Tercera Unidad de la Policía.
La activista denuncia que la trataron violentamente, como es cotidiano, y afirma que: “Nunca hubo mujeres, uno de los guardias me empujó y me di un golpe con la esquina de la mesa. Me quitaron todos los documentos y me voltearon los bolsos y me preguntaron si yo había ido a incentivar a los españoles en contra del régimen de los Castro”.
Bertha Soler, la líder de la organización opositora dijo que además de Fernández Rey, otras tres integrantes de Damas de Blanco: Yamile Bargés, Cecilia Guerra y Darsi Artiles, estaban invitadas al curso pero el gobierno les impidió salir de la Isla.
Una vez que llegó Fernández Rey a Palma Soriano bajo custodia policial la despojaron de sus documentos.
La integrante de Damas de Blanco dijo “que la amenazaron con que ya no iba a poder hacer una actividad más pues tenía ya 3 mil pesos de multa, preparados para mí, o prisión, que nos iban a meter presas”, ultimó.
La líder de la organización insiste en que se ha incrementado la represión contra ellas y demás opositores en los últimos meses y lamentó que “el mundo no alza sus voces para frenar estas arbitrariedades del régimen y el departamento de Seguridad del Estado”.
