El Gobierno de Vladímir Putin ha manifestado su preocupación por el incremento de la presión de la Administración de Donald Trump a la dictadura cubana, luego de la suspensión por un mes y con limitaciones de una norma que no permitía a cubanoamericanos reclamar propiedades en Cuba confiscadas luego de 1959, informa Diario de Cuba.
María Zajárova, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores indicó en conferencia de prensa que Rusia observa «con inquietud que EEUU decidió actuar en todos los frentes (de la región latinoamericana) y además de estrangular a Venezuela, ahora, en paralelo y en su estilo tradicional, ha puesto su mirada en Cuba».
«Es evidente que Washington, como ya observamos, incrementa las presiones sobre los aliados cercanos de Caracas, sumando a La Habana ‘a las últimas dictaduras de la región’ y acusándola de socavar la democracia en Venezuela«, añadió la vocera.
Zajárova señaló que es claro un «nuevo intento ilegítimo de EEUU de bloquear económicamente a Cuba, crear obstáculos adicionales para el desarrollo económico y social» en el país comunista.
A juicio del Kremlin, EEUU aplica una política de «doble rasero» con Cuba, porque por un lado reclama a la Isla que realice reformas, pero por otro «obstaculiza a los cubanos en el empeño de reformarse».
El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, por su parte aseguró que los cubanos por ellos mismos «buscarán la solución y realizarán todas las reformas que necesitan».
EEUU dio a conocer a inicios de esta semana que se les permitirá a los cubano-estadounidenses demandar a más de 200 empresas cubanas que explotan propiedades que les fueron expropiadas a ellos y a sus familias con la llegada de Fidel Castro al poder, hasta el momento Washington no ha autorizado denuncias contra compañías extranjeras.
