Sandro Castro disfruta con su novia Laura Daniela Alvarez de un fin de semana relajante en la paladar El Laurel ubicada en la playa de Santa Fe, La Habana, así lo dio a conocer Cubanos por el Mundo a través de sus redes sociales este domingo.
Según la web dedicada a los cubanos, el restaurante privado que frecuenta el nieto del fallecido dictador Fidel Castro, ahora es propiedad de un alto militar del régimen, después de que lo expropiara a un cubano que ahora reside en Estados Unidos.
Los familiares del verdadero propietario de El Laurel ni siquiera han podido hacer la denuncia pública de la expropiación porque la Seguridad del Estado los tiene amenazados según Cubanos por el Mundo.
En una de sus historias de Instagram, Sandro Castro confirmó que estuvo en la popular paladar habanera, disfrutando del paradisiaco paisaje, un habano y cervezas junto a su pareja, una vida de lujos a las que tiene acceso casi a diario por sus privilegios de pertenecer a la familia que controla la Isla.
Castro y su novia conocen cuanto restaurante y club de elite tiene cada rincón de La Mayor de las Antillas, mientras los cubanos de a pie han sido sometidos a vivir durante décadas en la más cruenta represión y miseria bajo la dictadura más longeva y macabra que ha conocido el hemisferio.
En medio del peor éxodo masivo de cubanos, que se ven forzados a emigrar para poder vivir en libertad, y acceder a un salario digno gracias al esfuerzo de su trabajo, esta familia parasitaria sólo vive de expoliar los recursos y las riquezas de todo un pueblo.
