El joven doctor cubano Manuel Guerra despertó esta mañana al sentir fuertes toques en la puerta de su casa por parte de agentes de la Seguridad del Estado.
Con su teléfono en mano y grabando una directa Guerra abrió la puerta y se enfrentó a los dos hombres que decían solo «quería conversar», pero le insistían que detuviera la grabación.
«Yo estoy grabando porque yo no he hecho nada, yo soy médico, yo trabajo», se escucha decir a Guerra.
«Yo soy médico, mañana trabajo, yo no quiero conversar con ustedes. Yo he visto como ustedes trabajan, ustedes meten en candela a cualquiera».
«Eso no es así», le responde uno de los dos agentes, que está vestido de civil.
Guerra se vira de espalda y habla directo a la cámara: «Bueno ya están siendo testigo, si cualquier cosa me desaparecen hoy fueron los compañeros estos».
Guerra, quien reside en la provincia de Holguín, con frecuencia usa las redes para denunciar los atropellos que la dictadura cubana comete contra su gremio y el pueblo cubano.
Una segunda directa más breve fue abruptamente interrumpida cuando el mismo agente se abalanzó sobre él para arrebatarle el teléfono.
Desde entonces se desconoce el paradero del joven médico.