Con su característico sentido del humor, el actor cubano Luis Silva, quien interpreta a Pánfilo en el programa de la televisión estatal Vivir del Cuento, se cuestionó en redes sociales si lo próximo que llegará de parte de las autoridades en la Isla, será topar los chistes, a propósito de la imposición de precios máximos al sector privado, por parte del régimen, y de la arremetida del diario oficialista Granma, contra los humoristas en el país caribeño.
¿Será que tendremos próximamente, chistes topados?, se preguntó el artista en su muro de Facebook.
«Los chistes vienen en recipientes invisibles…y se desbordan de alegría, porque ese es el objetivo. No se le puede poner TAPA ni TOPE…. porque se TUPE la sonrisa y la imaginación», escribió una de las usuarias en la publicación del popular humorista, que ya cuenta con más 1.000 «me gusta» en la citada red social.
En días recientes un editorial del órgano oficial del Partido Comunista (PCC), el periódico Granma, criticaba que los humoristas cubanos hubiesen convertido en «blanco predilecto» del «ridículo» a los funcionarios, responsabilizando a sus exponentes de propiciar en el público «repulsa y burla».
El artículo indicaba que «el personaje oficial, el cuadro político, el simple dirigente del barrio, el que alguna vez dirigió y ya no lo hace, e incluso los miembros de las instituciones del orden o la legalidad, se han convertido en blanco predilecto a la hora de armar los personajes más ridículos o los que asumen roles negativos en no pocas producciones audiovisuales (humorísticas o no)».
La prensa estatal cubana además pidió «reírse un poco más» de personajes como el «maceta, el que roba, el simulador, el vago y el contrarrevolucionario», cuestionando «decenas de películas», programas televisivos o propuestas teatrales de los últimos años, donde a juicio del oficialismo «se hace perceptible la asignación a estos personajes de guiones sin muchos matices, que los reducen a personas torpes, incultas, desfasadas o tontas».
Varios humoristas han respondido a los nuevos ataques del ala más radical del oficialismo, entre ellos Kike Quiñones, actor y director del Centro Promotor del Humor, quien defendió la labor de sus colegas ante la censura del régimen.
«El humor tiene que operar ineludiblemente con referentes identificables y creíbles que les pertenezcan a esas masas, de lo contrario no tendrá el impacto deseado», expresó Quiñones, sobre los personajes, dijo «reflejan actitudes que subsisten en los hombres; afortunadamente para los creadores del humor, desafortunadamente para la sociedad» abundó en un artículo publicado en el portal estatal Cubadebate.
«Es lamentable que no contemos en nuestro país con el concurso del ejercicio de la crítica atinada sobre esta área de la creación. Los esfuerzos del Centro Promotor del Humor, la UNEAC y en especial de la UPEC tendrán el inmenso desafío de formar especialistas capaces de destacar referentes de opinión adecuados para los creadores, los críticos y los públicos» añadió.
«Asumir que los personajes son creados para desacreditar las instituciones o para agredir a las personas que asumen la vida de manera disciplinada, es seguirle el juego a los que realmente se alejan de lo que queremos como sociedad», expuso.