La joven cubana, única sobreviviente del trágico accidente aéreo que ocurrió en La Habana en el año 2018 en el que fallecieron 118 personas acaba de culminar su diplomado en La Habana sobre Capacitación Teológico-Ministerial.
En sus redes sociales Maylen Díaz de 24 años compartió fotos en las que mostraba su reconocimiento por terminar su diplomado en los nueve meses establecidos por la Global Action, una organización encaminada a formar líderes cristianos, además se mostraba alegre por concluir con resultados satisfactorios. Esta organización fue fundada en el año 1998, con el objetivo de formar pastores con basta experiencia cristiana que puedan liderar iglesias en su comunidad y atraer al mundo de Dios, a personas que lo necesiten y deseen. Actualmente está presidida por el norteamericano Rick Thompson
Las reacciones de sus seguidores en las plataformas digitales no se hicieron esperar. El público de Maylen realizó más de 600 comentarios de elogio y felicitación a la cubana como parte de las 3 mil reacciones que tuvieron las fotos. De todos los amigos que posee en las redes muchos los obtuvo después del fatídico día del accidente en el que también perdió la vida su esposo.
Ese día del accidente del Boeing 737 que acababa de despegar de la Terminal 1 del Aeropuerto Internacional José Martí y cayó a metros del recinto terminó con la vida de más de cien personas, después de la caída fueron rescatadas vivas al menos 3 personas. Entre ellas, Maylén fue la única que resistió las quemaduras y lesiones, después de varios días en estado grave.
La muchacha que en ese momento solo tenía 19 años de edad sufrió graves lesiones en su columna vertebral, extremidades y pelvis, así como quemaduras de tercer grado. Después de varios días del accidente la joven mantenía a todo un país a la espera de los resultados de las cirugías, los médicos del Hospital Hermanos Ameijeiras lograron salvarle la vida, pero una de sus piernas tuvo que ser amputada.
La recuperación de la cubana tanto física como emocionalmente fue un reto para sí misma. Primeramente tuvo que recibir tratamiento psicológico para sobrepasar aquellas escenas nefastas, así como la necesidad de emprender una nueva vida sin una de sus piernas. Otro reto sería más bien físico, aprender a andar en silla de ruedas al cual obviamente no estaba acostumbrada. Pero supo afrontar las adversidades que la vida le impuso. Su camino hacia La Palabra de Dios le dio las fuerzas necesarias para enfrentar su nueva vida en condiciones difíciles, pero no imposibles.
El pasado año Maylen comentó en sus redes: » Que en paz descansen todos los fallecidos, mi corazón está hoy con todos sus familiares y amigos, un abrazo enorme. Gracias a Dios por mi vida.»