Lucir tatuajes en Cuba se ha vuelto una moda que va en ascenso. Y como la demanda crece a la par han surgido en la Isla más de un estudio de tatuadores que vienen realizando un trabajo altamente artístico y muy serio.
Cada estudio ha ido buscando sus propias formas de atraer clientes. Los más exitosos cuentan con locales climatizados y esterilizados, atractivos catálogos, pero sobre todo con tataudores muy profesionales, muchos de los cuales son artistas plásticos o graduados de diseño.
En estos estudios, los tatuadores sugieren diseños exclusivos, hacen tapados de cicatrices, retoques, incluso hasta maquillaje fácil permanente.
Se trata de un negocio que es además muy rentable y donde un tatuador puede ganar hasta 100 cuc por un tatuaje, en dependencia de la complejidad, las tintas, los colores y las sombras de cada obra.
Más allá de iniciales, nombres, flores, mariposas, tribales, plumas, letras chinas y aves, el tatuaje en Cuba ha ido evolucionando. Ahora es fácil ver en las calles de la Isla a cualquier persona luciendo complejas enredaderas y hasta retratos humanos.
Pero, el oficio del tatuador cubano se encuentra en un cierto limbo “alegal”, pues no está entre las actividades establecidas para el trabajo por cuenta propia en Cuba. Por eso, en la Isla se ha organizado más de una iniciativa para proponer la regulación del trabajo de los tatuadores.
¿Por qué hace falta una regulación?
A muchos de los artistas del tatuaje en Cuba no les preocupa pagar impuestos y otros deberes de un emprendedor en la Isla. Para ellos lo más importante es poder ejercer su oficio, sin temor a decomisación de instrumentos o cierres de locales.
El marco legal que ampare a estos artistas aún no existe, pero el abogado cubano Vitelio Ruiz, redactó una propuesta legislativa que tiene 65 artículos, y donde además promueve la idea de fundar la Asociación Cubana de Artistas del Tatuaje y la Perforación.
Para este abogado cubano “un marco legal permitiría mayor desarrollo para crecer como gremio, como grupo, y mostrarse a la sociedad como artistas que trabajan y crean como en cualquier otro país”.
El documento se ha hecho llegar a más de un ministerio, entre ellos el de Cultura y también el de Salud Pública, este último en busca de establecer la aprobación de normas de salubridad que amparen la actividad en la Isla.
No se trata solo de legitimar el arte del tatuaje, sino que la legislación debe existir para establecer funciones, deberes, derechos para que el arte de tatuar se realice en condiciones idóneas de salubridad y seguridad y también para proteger a estos artistas.
Oficio pero también responsabilidad
Para tatuar además del talento artístico hay que tener normas sanitarias y conocer procedimientos de esterilización. “Debería haber una institución de salud que se preocupara de supervisar nuestra labor a fin de prevenir riesgos” ha dicho en más de un entrevista el reconocido tatuador Leo Canosa, fundador de La Marca, primer estudio de tatuajes profesional de Cuba con casi 20 años de experiencia.
“Orly Tatto Estudio”, “La Marca”, “Luna Tatoo” o “Zenit Tatto”. La lista de estudios de tatuadores profesionales se amplía en Cuba. Y mientras aparece la soñada legislación estos artistas seguirán consolidando su arte y luchando porque la labor de tatuar en la Isla finalmente sea reconocida para salir de las sombras de la “alegalidad”.