Fallecieron tres adolescentes cubanos, a causa de una súbita crecida del río Guaro, en el municipio holguinero de Mayarí, ayer domingo, dio a conocer el estatal diario Juventud Rebelde.
La crecida arrastró a 17 jóvenes, que estaban celebrando un cumpleaños, contaron los vecinos del poblado cercano a Guaro-5, un área rural cercana a la Sierra Nipe, donde nace el río.
Los jóvenes que perdieron su vida fueron identificados como Daniela Lizet Chacón Ricardo, de 16 años de edad, Sheila Silva Sánchez y Alejandro Masó González, ambos de 18 años.
Sin embargo, otros todavía están recibiendo atención médica en el Hospital de Mayarí, entre ellos, Doris Preston Ferrán, de 22 años de edad, quien presenta un trauma abdominal, Sheila Quiala Sánchez tiene líquido en los pulmones, y Sheila Rojas Céspedes por un politrauma.
«Uno de los fallecidos fue el cumpleañero» lamentablemente, explicó Teresa Miranda, vecina de las víctimas.
Daniela Lizet Chacón Ricardo, que también murió en el siniestro, «era la novia de Alejandro», reveló la vecina.
Según la fuente, «una maestra que participaba de la fiesta de cumpleaños estaba desaparecida» y ya pasaban las 9:00 pm del domingo.
Miranda explicó que ya los vecinos esperaban «lo peor» al no tener noticias.
Nadie esperaba la repentina crecida, era «un día soleado y sin aparente amenaza de lluvias», mientras los jóvenes disfrutaban del cumpleaños, confirmaron las autoridades.
La nota oficial agrega que fue «al intentar marcharse del lugar y mientras cruzaban el puente, con baja visibilidad de la corriente de agua por estar en una recurva», que los muchachos «fueron impactados por una crecida atípica del río de Guaro».
Por lo apartado del lugar, las primeras maniobras de rescate estuvieron a cargo de los propios jóvenes y adolescentes. Más tarde llegarían a ayudar los bomberos de Mayarí y vecinos de Guaro.
No obstante, aunque los medios estatales dijeron que la crecida fue atípica, personas que residen en Guaro aseguran que son frecuentes en ese río, y que han ocurrido otros accidentes mortales anteriormente.
«No entiendo cómo no se dieron cuenta porque yo, desde mi camión, a pesar del sonido del motor, escuché el ruido que hace ‘el golpe de agua’ cuando viene una crecida así de rápida, río abajo. Es como un zumbido muy fuerte», contó a Diario de Cuba, un chofer que pasó por el lugar minutos antes de la crecida.