Dispuesto a “refrescar” la música tradicional de Cuba, el músico San Miguel Pérez ha irrumpido en el panorama musical de Los Ángeles (EE.UU.) con un tres electroacústico con pedales y ha mezclado su sonido con el rock y el pop.
Con su primer disco en solitario, «Un poquito de amor everyday», San Miguel se presentó esta semana junto al cantante de pop mexicano Aleks Syntek, en el legendario The Mint, un club nocturno de Los Ángeles con 70 años de historia.
Con el registro del tres, un instrumento melódico-armónico que acompaña desde tiempos remotos a la música tradicional cubana, San Miguel ha querido “intercambiar notas con otros géneros”, explica en una entrevista con EFE vía telefónica desde Los Ángeles.
No en balde, la publicación especializada Billboard Magazine lo acaba de incluir en una lista de seis nuevos álbumes “sin edad”, que “hacen de la música tradicional cubana algo nuevo”, según reza en una crónica de mayo último.
San Miguel, de 31 años, estuvo nominado a los Grammy latinos por el disco «100 Sones», un proyecto que su compatriota Edesio Alejandro lanzó en 2007 y en el que él trabajó como instrumentista.
El joven cubano llegó a Los Ángeles en 2013 con el conjunto de Adalberto Álvarez y su Son, y allí se quedó “secuestrado” por la productora de origen peruano Cecilia Noël, cantante de salsa que visitó Cuba en los años 90 con su banda The Wild Clams.
“Los Ángeles no es un mal lugar para abrirse camino”, afirma San Miguel.
Presentar el tres en la costa del Pacífico estadounidense, donde todo transcurre a una velocidad tremenda, ha sido un reto.
“La gente viene a preguntarme al final de los conciertos. Se dan cuenta de que no es una guitarra, y creo que es muy positivo que eso suceda”, dice San Miguel, cuyo apodo es “El tresero moderno”.