Turista rusa rompe el silencio y denunció a un medio de prensa de su país, el horror que vivió en sus vacaciones en un reciente viaje a Cuba, donde experimentó momentos de desesperación e inseguridad, pese a que el régimen y su aliada política Moscú intentan vender la Isla caribeña como un lugar paradisiaco, tranquilo y seguro.
Según las declaraciones de la mujer al sitio digital Bloknot, ella y su familia reservaron su estadía en el Hotel Iberostar Playa Pilar, Cayo Guillermo, exclusivo islote al norte de la provincia Ciego de Ávila, a través del turoperador ruso Pegas Touristik, pagando por ello 260.000 rublos, el equivalente a más de 2.600 dólares, y eligieron de manera adicional un tour de dos días a La Habana, cuya excursión les costó otros 60.000 rublos, es decir, poco más de 600 USD, esta último monto lo pagaron a la estatal Viajes Cubanacán.
La viajera confesó que Pegas Touristik le garantizó que en Cuba estarían completamente seguros, «bajo la protección del Estado», cuestión que desmintió totalmente con su testimonio.
«Una familia de cuatro personas también fue de excursión con nosotros: dos niños, la madre y el padre. En medio del recorrido, los adultos se emborracharon y les gritaron obscenidades a los niños en el interior del autobús; vertieron cerveza por toda la cabina y tomaron bebidas alcohólicas durante todo el viaje», reveló la mujer, que no especificó la nacionalidad de los turistas.
De acuerdo a la viajera, once turistas iban a bordo del ómnibus grande que los trasladó a la capital cubana, y «todo el grupo estaba aterrorizado» ante el panorama.
«Le pedimos al guía cubano que nos llevó a La Habana que los bajara o llamara a la Policía, y él nos dijo que no podía hacer nada. Ni siquiera les hizo un solo comentario. Le pregunté al guía qué pasaría si comenzaran a pelear o agredían a nuestro grupo. Y me respondieron: ‘bueno, en el territorio de Cuba, a lo máximo serán desalojados del hotel por un día», indicó.
Tras el lamentable suceso, la mujer quedó inconforme, y cuando regresaban al hotel en Playa Pilar llamó la atención de los viajeros problemáticos, pero fue peor la reacción, ya que uno de los sujetos casi la atacó.
«Ni el conductor del ómnibus ni el guía intervinieron. Solo se quedaron en silencio y observaron. Se volvió tan desagradable e incomprensible para mí que, habiendo ido al otro extremo del planeta, habiendo pagado tanto dinero por esta excursión, recibiéramos este trato. En ese momento me di cuenta de que estábamos abandonados. Que nadie se hace responsable de nuestra seguridad, nadie nos protegerá. Tomaron nuestro dinero y nos dejaron con los problemas», lamentó.
A su regreso a Cayo Guillermo, una vez en el complejo, tuvieron más percances, no había internet en la instalación, detalló.
«En la recepción dijeron: ‘tenemos problemas, tenga paciencia’. Ni siquiera pude llamar a un guía e informar de la situación. Cuando apareció el Internet tres días después, escribí al guía y recibí la siguiente respuesta: ‘Nunca se sabe cuál vacacionista podría estropear sus vacaciones’. Y eso es todo», precisó.
La rusa aseguró sus vacaciones «se arruinaron» y nadie se hizo responsable por ello, luego ella hizo reclamaciones al turoperador en su país, y la respuesta de la agencia de viajes fue que no tenía empleados ni representantes en La Mayor de las Antillas.
«Quiero que la gente sepa que, si toman excursiones supuestamente de su agencia de viajes y piensan que están a salvo, ese no es el caso», concluyó la mujer, que ha quedado muy incómoda tras su estancia en el «paraíso» de Miguel Díaz-Canel y el clan Castro.
