Siesta es el nombre de una perrita callejera que enamoró a dos turistas holandeses en Cuba, y que acaba de emigrar junto a sus dueños, dio a conocer el proyecto Cubanos en Defensa de los Animales (CEDA) en redes sociales, junto a fotos de la familia.
Mandy y su esposo se hospedaron en un hostal llamado Siesta en Viñales, de ahí el nombre de la perrita que pernoctaba por los alrededores.
Mandy le pidió a Sergio el dueño del hostal que la cuidara hasta que pudieran llevársela con ellos a su país.
La turista tuvo un accidente repentino y se vio obligada a regresar antes de tiempo de las vacaciones. Por otra parte la perrita estaba muy delgada, se recuperó con los dueños del alquiler para así poder viajar a Holanda.
Más tarde Siesta se fue a vivir con una cubana identificada como Claudia, en lo que tramitaban su viaje.
«Fueron largos meses de preparación, entre vacunas, análisis de sangre, papeles y entre medio de todo hasta una abeja picó a Siesta, vaya susto que se llevó Claudia, pero por suerte quedó en susto y la foto de su hinchazón en la lengua quedó para la historia», detalla CEDA en su cuenta de Facebook.
Sin embargo algunos percances surgieron en el camino además del suceso con la picada de abeja, los documentos de la perrita fueron rechazados en los laboratorios de Europa.
Pese a los inconvenientes, los holandeses no se rendían, esperaron el tiempo que tomó que Siesta cogiera anticuerpos y que aprobaran su sangre en los laboratorios para poder viajar con ellos.
Tras casi un año Siesta pudo mudarse del Valle de Viñales a Holanda, con el apoyo de muchos voluntarios y colaboradores.
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