Ulises Toirac manifiesta su admiración hacia la iniciativa del equipo de trabajo del Bar K5 y reflexiona sobre la realidad cubana

El pasado 31 de diciembre el propietario de un bar ubicado en La Habana ofreció una grandiosa cena a 180 personas necesitadas, incluyendo ancianos y niños.

El hecho ha trascendido las fronteras de la isla a través de las redes sociales y ha originado la reacción de cientos de personas que han enaltecido esta labor humanitaria.


Recientemente, el humorista cubano Ulises Toirac realizó una interesante publicación en Facebook con el propósito de expresar su admiración hacia quienes hicieron posible este maravilloso gesto de solidaridad, reconociendo el costo económico y el intenso trabajo en equipo que subyacen en el desarrollo de dicha acción.

En tal sentido manifestó: «Es apreciable el gasto de recursos y esfuerzos, de tiempo. Debe haber sido un sacrificio a toda ley. Tener la iniciativa y llevarla a cabo en tal magnitud, indica un propósito firme y un compromiso más allá del impacto publicitario que pueda haberse generado».

Igualmente, señaló su satisfacción por la alegría proporcionada a esas personas, que al menos una vez al año pudieron disfrutar de una deliciosa comida, en medio de la crisis económica que atraviesa la isla. Aunque recalcó, sin restar mérito a la iniciativa, que lamentablemente su situación de vulnerabilidad no cambiaría con una cena gratuita.

Además, se refirió al notable alcance que ha tenido el suceso en las redes sociales, condicionado según él por la sensibilidad provocada ante la aparición de los rostros de los desamparados en las imágenes que fueron divulgadas.

Al respecto planteó: «La repercusión de la publicación ha sido impresionante. La ayuda anterior que solicitaron en redes para la realización del evento no alcanzó a propagarse con esa celeridad y fuerza. El impacto del gesto se debe en buena medida a las fotos que muestran a los beneficiarios».


Asimismo, explicó que el evento pone de relieve la extrema pobreza que sufren gran cantidad de cubanos, una realidad palpable que algunos intentan ocultar para simular que no existe.

En relación a ello, afirmó: «La pobreza galopa cada día con más fuerza y se llama igual en todas las latitudes del planeta. Como mismo en todas las latitudes del planeta se llaman igual medidas económicas de choque, neoliberalismo, diferencia de clases y otros tantos conceptos», agregando: «La reacción del avestruz no elimina al león que viene raudo a convertirla en cena».

El Bar que fue escenario de esta actividad se denomina K5 y está situado específicamente en Guanabo. Su dueño, nombrado Hugo Puig, puntualizó que su propósito era que esas personas de escasos recursos «disfrutaran de la experiencia real de una cena de fin de año, es decir, sentarse a una mesa, y comer en un plato una buena comida, con música y en compañía».

A su vez, destacó que inicialmente la tarea de atenderlas se tornó un poco difícil, pues «su única preocupación era que la comida se acabara antes de que les tocara».

Sin embargo, relató que poco a poco se fueron relajando, fundamentalmente cuando comenzaron a ver los platos con arroz congrí, puerco asado, yuca, ensalada de vegetales y dulce, “servidos en un plato de restaurant, con cubiertos metálicos y servilleta, empezaron a entender que queríamos de verdad hacerlos sentir especiales».


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