Cuando entras a la tienda de artículos anime, Check Point ubicada en el capitalino municipio del Cerro te sorprendes con la calidad del pelo de la figura de Naruto. Incluso, puedes vestirte como Roger, el intrépido personaje manga que persiguió el legendario tesoro del One Piece o quizás te traslades hasta el mundo futurista de robots, usando los accesorios de los personajes de la Serie AstroBoy.
Los dueños de la tienda Check Point saben que han impulsado un negocio prácticamente inexplorado por los emprendedores de la Isla y que, según sus propias experiencias, tiene un público amplio.
En Cuba no es normal que existan tiendas que comercialicen este tipo de ofertas, ni siquiera existe alguna entidad que venda productos y accesorios de animados cubanos, salvo en algunas Ferias como Arte en la Rampa y no siempre se mantienen con la sistematicidad deseada.
Desafiando los apretados marcos de la legalidad
Tiendas de este tipo y de otras temáticas pudieran existir miles en Cuba, pero algo pone freno a esa posibilidad. Y es que aún no existe una Licencia que apruebe el funcionamiento de tiendas en la Isla.
Pero a pesar de esto, Check Point apuesta por defender sus esencias, aunque para ello hayan tenido que apartarse un tanto de su línea al tener que asumir la Licencia de artesanos, donde deben producir artesanías.
Esta realidad unido a las dificultades para adquirir la mercancía dificultan un tanto la idea de comercializar productos de la cultura anime. Sucede que gran parte de lo que allí se vende es importado de otros países con las correspondientes restricciones aduanales.
Sin embargo, a pesar de todo ello los creadores de esta tienda dicen que su negocio es rentable y que sobre todo el público los identifica por la calidad de sus ofertas y los intercambios que se generan.
Una gran comunidad de seguidores del anime existen hoy en Cuba, con prácticas asumidas y muy enraizadas como las de los Mangakas (aficionados al dibujo y la escritura manga).
“Además de las caricaturas y dibujos siempre quise poder tener alguna pieza a tamaño real de Sakura Haruno que es mi personaje favorito de Naruto. Cuando descubrí Check Point me sorprendí mucho porque no tenían piezas auténticas que no podría ni siquiera soñar con tenerlas. Las ofertas son realmente muy buenas, pero sobre todo sorprende el conocimiento de sus vendedores. Ya he venido varias veces aquí”, señaló Diana una jovencita de 16 años.
La avalancha creciente de Otakus en Cuba
Las series anime se popularizaron en la Isla, incluso mucho antes del boom internacional que tuvieron en los años 90. Y es que el anime despegó porque sus propuestas animadas mostraban temáticas atractivas que no solo estaban dirigidas al público infantil a diferencia de las producciones occidentales. El anime japonés de aquellos años demostró que también podían atraer la atención de otros públicos con la proyección de temas científicos, culturales, de existencialismo, fantasía medieval, psicología, romance o robótica.
Antes de la llegada del Periodo Especial, el público cubano pudo ver Ulises 31, Voltus V, La princesa Mononoke, Sailor Moon y los Gatos Samurai, pero luego los largos apagones de aquel entonces pusieron fin a estas y otras entregas televisivas, luego de que cerraran transmisiones todos los canales, a excepción de Cubavisión.
Sin embargo, ahora para suerte de los miles de Otaku (seguidores que desarrollan una adicción a las historietas, anime, cómics, series de televisión, películas y videojuegos de la cultura japonesa) que existen en la Isla, el Paquete Semanal ha sido tabla salvadora.
En estos establecimientos, por ahora enmascarados bajo la Licencia de vendedores de discos, los cubanos a falta de YouTube, encuentran propuestas audiovisuales de todo tipo que son descargadas de Internet y luego comercializadas en forma de paquete digital.
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